Por Santos Gabriel Us Ake
Hay desabasto de maíz en grano, harina de maíz, frijol y arroz en varias tiendas de Diconsa en las comunidades rurales como resultado de las compras de pánico de los consumidores ante la contingencia sanitaria del coronavirus COVID-19, se constató durante un recorrido.
Manuel Jesús Hoil Martínez, presidente de la asociación civil Nuevas Generaciones en el municipio de Lázaro Cárdenas, explicó que en la delegación de Valladolid Nuevo, ubicada a 49 kilómetros de Cancún, desde el viernes pasado la gente compraba hasta diez kilogramos de frijol negro por persona e incluso adquirían hasta la tortilla que había sobrado del día anterior.
Pero no en todas las tiendas Diconsa se presentó este fenómeno de desabasto generado por el pánico, pues dijo que más al sur del municipio no se registró este problema, pero mencionó que esta falta de productos básicos podría ser un ejemplo de lo que sucedería si la población continúa comprando con avidez más de lo que necesita.
Durante el recorrido, también se pudo constatar en la tienda Diconsa de Leona Vicario, municipio de Puerto Morelos, el desabasto de maíz en grano, harina de maíz de Maseca, Minsa y Segalmex; frijol negro y arroz desde el viernes pasado, ocasionado por el temor de los consumidores que no surtan más productos básicos en los próximos días.
Una de las encargadas del establecimiento comercial indicó que no tiene informes de cuándo volverán a surtir la mercancía agotada, pero espera que sea muy pronto porque los pobladores no solamente compran el maíz para cocer el nixtamal para la elaboración de las tortillas, sino también para alimentar a los animales y aves de corral.
En la ciudad de Cancún hay pocas tiendas Diconsa, y una ellas se encuentra ubicada en la Supermanzana 96 pero estaba cerrada por ser domingo. Como se recordará, más tiendas Diconsa son administradas por el gobierno federal por medio de un comité integrado por los habitantes de la comunidad.
Los miembros del comité ciudadano vigilan que los precios establecidos controlados no se alteren y además existen supervisores que verifican constantemente el cumplimiento de las reglas de operación con la finalidad de que no haya desabasto en las comunidades rurales más alejadas o zonas de mayor marginación social, pero en esta ocasión no se pudo evitar.