* Hay éxodo y cancelación de viajes * Restaurantes y tiendas están vacíos o muchos se encuentran cerrados * La clase trabajadora sufre por despidos o les dan “días solidarios” * En el municipio hasta el momento no hay ningún caso de coronavirus
Por Miguel Améndola
TULUM, 24 de marzo.- Paralizado luce el “corazón” turístico de la avenida Tulum a consecuencia de la disminución del flujo turístico y la contingencia que mantiene refugiado a la ciudadanía en sus viviendas a modo de frenar el incremento de casos del coronavirus.
En una situación propiciada por la aún temporada baja, por las recomendaciones de las autoridades de no salir de casa, pero principalmente por el éxodo y cancelación de viajes del turismo, el corredor turístico presenta una imagen totalmente atípica.
En un recorrido se pudo observar que negocios entre restaurantes, hoteles, tiendas de artesanía, boutiques, joyería, taquerías, bares, casas departamentales, por mencionar algunos, se encuentran vacíos o simplemente cerrados.
Afortunadamente en Tulum no se tiene registro de que algún habitante o visitante que haya pasado por este destino haya dado positivo por el coronavirus, pero en la realidad es que la industria comercial se ha desplomado.
Dicha situación ha originado también que se registre reducción en la plantilla laboral, ya sea con “días solidarios” o con despidos, una situación complicada para la clase trabajadora.
En ese mismo sentido, quienes se ven obligados a seguir trabajando son los vendedores de artesanías, pues su sueldo depende de las comisiones que logren por ventas, como es el caso de Armando Chan Puc, quien tiene ver cómo llevar el sustento económico para su familia.
Por su lado el sector gastronómico señaló que se vive una situación totalmente atípica, de manera que ni por las noches han podido superar el 50 por ciento de la ocupación de meses y sillas, pese a que incluso ya son menos por las medidas que se implementaron.
Asimismo, expusieron que viven una situación irónica, toda vez que mientras se ilusionaban con la llegada de la Semana Santa, pero el coronavirus desplomó esa esperanza.