Por Raimon Rosado
La falta de interés acumulada en largos años, por parte de autoridades estatales y federales, para rehabilitar oportunamente los edificios de la tienda Súper ISSSTE y del antiguo Hospital General “Jesús Kumate”, en desuso desde hace seis y tres años, respectivamente, han truncado de tajo la posibilidad de que la población cancunense, tenga en estos momentos de crisis sanitaria, la opción de usar dichos espacios, para mitigar la cada vez más demandante atención en salud, pues el prolongado abandono y deterioro que queja a ambos inmuebles, ha restado la posibilidad de disponer de al menos 111 camas hospitalarias, y otros servicios.
La historia de decadencia de los otrora emblemáticos edificios que brindaban servicios a los trabajadores el Estado y atención médica a la población si seguridad social, inició a mediados del año 2014, cundo la tienda del ISSSTE, ubicada en el cruce de las avenidas Kabah y Ruta Cinco, en la Región 92, a un costado de la clínica de esta misma institución, cerró sus puertas, junto con otras tres en el estado, a partir de lo cual, el inmueble, ha servido de guarida de indigentes y viciosos y como bodega para almacenar de forma irregular, más de cien frascos restos humanos, lo que descubrió en octubre del año pasado, tomando conocimiento autoridades de la Fiscalía de Justicia y COFEPRIS, quienes “clausuraron” el anexo.
En el 2016, autoridades del ISSSTE en el estado, anunciaron la posible puesta en venta del edificio, lo que se modificó dos años más tarde, cuando el entonces director de Prestaciones Medicas de la clínica local, José Joaquín Calderón, contempló el proyecto de crear ahí un anexo, con al menos 11 camas más, adicionales a las 20 de su hospital, y nuevas áreas de servicios administrativos, lo que implicaría una inversión de unos 250 millones de pesos. Al ser al final del sexenio presidencia de Enrique Peña Nieto, cundo se planteó dicho proyecto, que en sí fue autorizado, la administración federal actual, no lo ha considerado, por lo que se mantiene descartado.
Mientras el destino del edificio que por décadas albergó la tiende del ISSSTE, avanzaba, a partir del 8 de abril de 2017, el edificio que ocupó desde el año 1980, el Hospital, General de Cancún, fue desocupado, para trasladar el servicio, a su actual inmueble de la Supermanzana 248, cuya construcción tomó casi 10 años.
Al no existir una definición sobre el Proyecto de ampliación de la clínica del ISSSTE, la delegación estatal propuso al Gobierno estatal, la entrega de dicho edificio en comodato, para trasladar ahí su hospital lo que a la postre, no prosperó.
La posibilidad de convertir al antiguo edificio del “Jesús Kumate” en un centro de salud ampliado y un laboratorio, fue el siguiente proyecto planteado por la Secretaría de Salud estatal, a sus homólogos federales, en marzo de 2018, lo que se lograría mediante una mezcla de recursos de ambas instancias lo que con el tiempo y dado el inminente final del sexenio de Enrique Peña Nieto, fue igualmente descartado, dando origen al deterioro de un edificio que tres año antes de su abandono, tuvo ciertas adecuaciones, par recibir certificaciones de calidad en el servicio, refiere su ex director, Ignacio Bermúdez Meléndez.
En septiembre de 2019, la Secretaría de Desarrollo Social de Quintana Roo (SEDESO), anunció que el inmueble de la Supermanzana 65, se convertiría en la Fábrica de Artes y Oficios, descartando con ello su uso para servicios de salud, planteando una inversión de 20 millones de pesos, que hasta ahora no se ha concretado.
En tanto, ambos inmuebles son presa del deterioro que causa el tiempo, la evidente inacción de las autoridades gubernamentales, ha cocinado que en medio de la actual pandemia, se carezca de más espacios para atender a salud de los cancunenses.