Quintana Roo

Por Luis Enrique Cauich

 

KANTUNILKÍN, LÁZARO CÁRDENAS, 19 DE MAYO.- Tras 12 años de estar vendiendo kibis en las calles de Kantunilkín y en las ferias tradicionales que se realizan en el municipio, Julio Cauich se tuvo que adaptar a la pandemia y buscar otra fuente de ingresos, por lo que ahora en su domicilio elabora pequeños maceteros de cemento que vende para obtener algunos pesos y así poder sobrevivir.

Desde la llegada del COVID-19 al estado, hace casi dos meses, por el confinamiento en casa y tener que comprar la despensa, las personas dejaron de consumir alimentos que se venden de forma ambulante, entre ellos estuvo el kibi, que son pequeñas albóndigas de trigo rellenas de carne molida que se fríen hasta formar una crujiente costra.

Julio Cauich sostuvo que a raíz de la emergencia, al principio invertía unos 300 pesos para realizar su venta y al salir a la calle sólo lograba vender entre 100 y 120 pesos, de tal forma que no lograba recuperar lo invertido y sus ahorros se fueron terminando, hasta que se le ocurrió la idea de fabricar pequeños maceteros con cemento para vender.

 

Pocos ingresos, para lo básico  

Dijo que le lleva poco más de un día hacer tres piezas: una chica, una mediana y otra un poco más grande, que vende en 20, 30 y 50 pesos, respectivamente.

Comentó que aun cuando hace pocos días que comenzó a fabricarlos, sus vecinas que tienen Facebook lo están apoyando para promocionarlo su producto y así buscar compradores interesados.

Agregó que con lo que vende saca para su alimentación y para comprar material, cemento y pinturas, con los que decora los maceteros, dándole una imagen más presentable.

Reconoció que por ahora sólo obtiene ingresos mínimos, ya que no puede salir a alguno de los cruceros de la ciudad, pues no hay conductores de paso debido a la pandemia del coronavirus.

Explicó que vive en la colonia Expo, donde ofrece sus maceteros, aunque también, ya vende macetas con todo y las plantas de ornato incluidas, con precios desde 70 pesos hasta 150 pesos.