Quintana Roo

Por Lusio Kauil

 

JOSÉ MARÍA MORELOS, 23 de mayo.- En la cabecera municipal no existe ninguna zona o colonia irregular que haya nacido de una invasión; existen colonias, asentadas en tierras ejidales, pero han sido fomentadas por los mismos ejidatarios.

Las colonias ejidales son tres, una de ellas se denomina Las Palmas y se encuentra localizada al sur de la cabecera, en los linderos de la colonia Miraflores, la otra se denomina Bicentenario y se ubica al sur de esta ciudad, colinda con la colonia Bachilleres y San Antonio Tuk, y la última es la colonia Santa Cruz, esta se localiza en los linderos de una zona de parcelas conocida como Jesús Martínez Ross.

A la colonia Bicentenario han llegado parcialmente algunos servicios como el agua y la energía eléctrica, pero no han sido obras directas de las dependencias del gobierno, sino que se han dado por gestiones de los vecinos con algunos políticos.

Por el contrario, en la colonia Las Palmas se han hecho obras directas del gobierno municipal, como es el camino de terracería, acceso principal, la energía eléctrica y la más reciente la del agua potable.

Ahora, en la colonia Santa Cruz, como es la que se está fomentando apenas, no tienen ningún tipo de servicio, pero la gente se congrega más en ese lugar, particularmente el 3 de mayo, porque en esa fecha los ejidatarios que tienen predios en ese lugar organizan la fiesta de la Santa Cruz.

Para el gobierno municipal, las colonias ejidales son asentamientos irregulares, toda vez que las personas que viven en esos lugares no tienen títulos de propiedad , porque las tierras que ocupan no están regularizadas.

Precisamente por esa situación, la dirección de Obras Públicas del ayuntamiento ha dicho varias veces que en esas colonias no se pueden invertir recursos públicos para llevar servicios o hacer obras de tipo social, porque la normatividad vigente no lo permite.

En las colonias antes citadas habitan pocas familias, principalmente, hijos casados de ejidatarios, repobladores o colonos que han comprado una fracción de tierra para construir su casa o la casa de sus hijos.