Quintana Roo

Debido a que el albergue del DIF Quintana Roo cerró sus puertas por la pandemia

* Habitantes de la zona rural que tienen algún ser querido internado en el Hospital General, fueron invitados a retirarse del área de urgencias

* Se vieron en la necesidad de apostarse al otro lado de la calle, en donde colgaron hamacas bajo los árboles para protegerse de los rayos solares

* Cuando llueve sólo se cubren con bolsas de nailon

Por Luis Enrique Tuz

CHETUMAL, 26 de mayo.- Debido a que se cerró el albergue del DIF, los ciudadanos que tienen familiares ingresados en el Hospital General de Chetumal duermen a la intemperie y tienen que soportar los rayos del sol y lluvias de la temporada 2020.

Habitantes de la zona rural que tienen la necesidad de estar cerca de sus familias que se recuperan de alguna enfermedad en el Hospital General de Chetumal, fueron invitados a salir del área de urgencias como una medida preventiva para evitar que sean contagiados por la pandemia del coronavirus COVID-19.

Sin embargo, al no tener un albergue o casa de un familiar para hospedarse, se vieron en la necesidad de apostarse al otro lado de la calle Juan José Siordia, en donde permanecen día y noche en espera de que sus familiares se recuperen.

Las señoras y señores señalaron que desconocen si existe un albergue del gobierno del estado para hospedarse, por lo tanto, bajo la sombras de los árboles colgaron hamacas para protegerse de los inclementes rayos del sol, pero cuando caen las lluvias se ven en la necesidad de protegerse con bolsas de nailon.

Advirtieron que al no tener un lugar para protegerse, corren el riesgo de adquirir alguna enfermedad respiratoria, ya que después de la lluvia su ropa se les seca sobre sus cuerpos.

Y es que el albergue para familias de las Niñas y Niños con Cáncer, denominado Caminemos Juntos, en donde se invirtieron 13 millones de pesos, se encuentra cerrado por la pandemia del coronavirus COVID-19.

Ese albergue se sitúa sobre la calle Juan José Siordia, cerca del Hospital General, y cuenta con 10 cuartos con tres camas y hamaqueros, lavandería, cocina equipada, comedor para 40 personas, una capilla, una oficina de administración, enfermería, sanitarios públicos y áreas verdes.

La obra en su totalidad cuenta con una construcción de un mil 100 metros cuadrados y el terreno es de un mil 677 metros cuadrados, y se cumplieron con todas las especificaciones estructurales sanitarias e hidráulicas que exige el reglamento de construcción del Ayuntamiento de Othón P. Blanco.

El albergue fue construido con un trasfondo de tipo social, humanitario, de apoyo y ayuda a quien más lo necesita; sin embargo, al estar cerrado impide que sea utilizado por los habitantes de la zona rural para refugiarse de los rayos del sol y de las lluvias.