Quintana Roo

Por Ovidio López

 

ISLA MUJERES, 28 de mayo. – Los indigentes que se ubican frecuentemente en las orillas de las colonias populares ya están refugiados con familias o amigos, y hasta ahora no hay reporte de contagiados por el virus del COVID-19.

Algunos vecinos suelen regalarles alimento en esta cuarentena y en otros casos caminan hasta dos kilómetros para que les den comida en la parte sur de la Isla.

Lo cierto es que en estos días no se han visto indigentes en las banquetas de las calles Macabí, Mojarra, Jurel y Cherna, en la colonia La Gloria. “Todos buscaron refugio cuando la policía solicitó retirarse al inicio de la contingencia sanitaria en marzo”, es el comentario vecinal.

Hasta antes de la pandemia, por esos puntos se ubicaban grupos de media docena o más, sin embargo ahora no están, pero los pobladores sí han observado a algunos de ellos caminar por la calle con cubrebocas.

Y aunque no hay venta de alcohol desde hace semanas, algunos sí logran acceder a alguna bebida para ingerir, vía clandestina. Uno de ellos fue alguien a quien llaman “El Caballito”, que apareció tirado en la calle frente al hospital comunitario hace algunos días; al parecer, alguien le dio licor y no se alimentó por más de un día, por lo que se desplomó, pero fue atendido en ese nosocomio.

Ninguna instancia del gobierno municipal cuenta con un programa de protección a este grupo de personas y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal tampoco cuenta con espacio para albergar a indigentes, limosneros, alcohólicos o drogadictos crónicos.

Tampoco hay representación del Centro de Integración Juvenil (CIJ), aunque suele verse muchas personas menores de 30 años en las filas de la indigencia. Algunos son “rescatados” por grupos de autoayuda de terapia intensiva que les dan cobijo en Cancún y otros logran restablecerse de las adicciones con grupos de Alcohólicos Anónimos locales, en reuniones de 90 minutos cada día, pero ahora eso está suspendido, pero mantienen comunicación en línea con sus “padrinos”, como llaman a sus compañeros de mayor experiencia en la recuperación.