Por Luis Enrique Cauich
KANTUNILKÍN, LÁZARO CÁRDENAS, 2 de mayo- A pesar de los anuncios del gobierno del estado, que ha manifestado un subsidio del 50 por ciento para las familias que consuman menos de los 250 kilowatts, en ningún momento se ve reflejado el apoyo, denunciaron habitantes de Kantunilkin, quienes externaron que han tenido que pagar su consumo, para que no se les corte el suministro.
Decenas de familias se han quedado sin ingresos al no poder salir a trabajar, puesto que han dependido de lo que ganan al día y han tenido que arreglárselas para poder pagar el consumo, que aun cuando viven en modestas casas, por el calor incrementa el consumo de energía y se sobrepasa los límites estipulados para el subsidio.
El enojo más frecuente esta en los establecimientos no esenciales que han cerrado sus puertas acatando las disposiciones de las autoridades, puesto que llevan mas de un mes sin poder trabajar, pero el consumo de energía eléctrica es por la misma cantidad que el bimestre anterior, aun cuando mantienen apagado todo su equipo.
Los propietarios alegan haber acudido a dialogar en las oficinas de la CFE para poder buscar un arreglo, pero simplemente les han dicho que es el consumo y tienen que pagarlo, sin tener otra opción que hacerlo o de lo contrario se quedan sin el servicio de energía eléctrica.
De acuerdo con los quejosos, señalaron que habían optado por suspender su servicio, pero les externaron que para reactivarlo sería otro contrato, también decidieron no pagar el consumo, pero debían cubrir el monto y la reconexión, de modo que al final lo más viable es pagar para evitar el corte y tener más gastos.
Pidieron que las autoridades estatales y municipales gestionen ante la federación, apoyos como hay en el vecino estado de Yucatán, donde los recibos llegan en ceros, puesto que muchos jefes de familia han perdido sus trabajos, no hay recursos para comprar la despensa y por ahora dependen de las comidas que regalan los habitantes a las familias necesitadas.
Pero también hay negocios que ya no están trabajando a causa de la pandemia y no tienen ingresos económicos, para el pago de empleados, mucho menos para los elevados consumos de energía que a pesar de haber cerrados sus puertas, las tarifas no han disminuido.