Amparo Gutiérrez Vázquez, quien lleva más de 40 años vendiendo picadas en la esquina de las avenidas Las Américas y 31, aseguró que a la par que las ventas se desplomaron más del 50 por ciento, esta semana la reja de tomate subió de 200 a 400 pesos.
“Ahorita está dura la situación porque no hay movimiento, la gente mayormente quiere comer aquí y no se puede, ahorita sí nos está afectando porque nos dijeron que iban a venir de Copriscam y no vino nadie pero vino la Guardia Nacional y dijo que no podíamos vender así”.
Aunque sea algunas dos o tres mesitas que nos dejara poner, hay gente que trabaja en oficinas y no los dejan comer allá, nos está afectando bastante, expresó la entrevistada.
Para esta mujer, que lleva más de cuatro décadas vendiendo, la situación en la Isla cada vez se complica más que apenas y sale algo de dinero para pagar a los empleados y reinvertir.
“Ahora que ya no llega gente disminuyó más la venta porque el refresco ya no se vende igual tampoco, aquí ya los de las aguas se las traen y se las vuelven a llevar porque no hay venta”.
Todo está carísimo. Ahorita está a 400 pesos la caja de tomate y 430 el chiquito de bola, estaba como 280 más o menos. Cuando le hablé al proveedor me preguntó si estaba o no sentada antes de decirme los precios porque si no me podía caer del aumento tan grande, expresó la mujer.
“Todo lo que vendemos es para surtir y pagar a los trabajadores, no hay ganancias. Sólo sale para comer”.´
(Texto y fotos: Agustín Ferrer)