Por Gabriel Aguilar
COUZMEL, 2 de junio. - Podría transcurrir una década para una verdadera recuperación económica ante la paralización total de actividades a nivel mundial, por lo pronto, en el sector restaurantero de Cozumel, tal vez para octubre haya una mejoría.
Así lo consideró Bruno Salazar, encargado del restaurante “Dorados de Villa”, uno de los establecimientos alimenticios con varios años en el primer cuadro de la ciudad, todos los sectores van a tener una difícil reactivación.
Estima que demorará de dos a tres meses más para que empiece a haber algo de turismo y va más allá, pues ha tratado de informarse con especialistas, de quienes ha escuchado que luego de esta pandemia “para que una economía esté sana mínimo tardará diez años”.
Desde su perspectiva, salvo en algunos países o estados con actividades industriales, donde ya hay trabajo, al tener Quintana Roo una vocación 100 por ciento turística, “el daño es mucho mayor porque no se tiene nada”.
El entrevistado refiere que inclusive ha tenido que modificar los precios del menú que manejaban, reduciéndolos casi al 50 por ciento para enfocar el producto hacia el mercado local.
Calcula que la afluencia de gente foránea hacia la isla, apenas llega a un máximo del tres por ciento por medio de la ruta federal Cozumel-Playa del Carmen, aunque en su mayoría son proveedores que viajan a la isla desde Playa del Carmen o de Mérida por unas horas, levantan pedido y luego se regresan vía marítima.
La ausencia de turismo de cruceros, también del segmento de pernocta y de los visitantes que llegaban desde Playa del Carmen, provocó que el sector restaurantero esté totalmente lacerado, hasta ahora algunos establecimientos están abriendo sus puertas, ya sea con dos tres mesas o bien para llevar.
En el parque Benito Juárez donde se congregan varios restaurantes, que en tiempos pre pandemia, era habitual verlos llenos de comensales hoy simplemente están cerrados, nadie ópera, todos están a la espera de que las autoridades reabran las actividades y lo esencial, que haya turismo