Al igual que a millones de personas, a la familia Vázquez el coronavirus les cambió la vida cuando su mamá fue diagnosticada hace 15 días; desde entonces, acampan frente al hospital en espera de buenas noticias.
Cobijados por la sombra de dos grandes árboles, la familia instaló una hamaca, mesas y sillas, colocaron su camioneta al lado para que los proteja de la vía de rodamiento.
Ellos decidieron instalarse frente a la clínica de especialidades del IMSS, en la Región 510, ya que aseguran no estar dispuestos a dejar de apoyar -y estar muy pendientes- de su madre.
A la sombra del árbol, la hija mayor refiere que el viacrucis inició antes, ya que habían llevado a su madre a una clínica privada cerca del Mercado 28, en la avenida Sunyaxchen, sólo por un dolor en el estómago.
Sin embargo, luego de dos horas, la cuenta se había elevado a 60 mil pesos, y querían cobrarles 150 mil más, por un traslado en ambulancia hasta la clínica pública.
“Mi mamá llegó a esa clínica por dolor de estómago y gastritis, le hicieron un diagnóstico y prueba de coronavirus y resultó negativo, por lo que se descartó; sin embargo, cuando informamos que la íbamos a sacar, dijeron que sí tenía Covid”, relató.
“Nos dijeron que ya estaba entubada y que la habían medicado, por lo que la cuenta ya había aumentado a 60 mil pesos, entonces les dijimos que no es posible, si había llegado bien”, comentó.
Dijo que los médicos y el personal le insistían que no se la podían llevar en un vehículo particular, que ya estaba lista una ambulancia, pero tenían que firmar un pago por 150 mil pesos.
Finalmente, un amigo de la familia intervino y logró que sólo pagaran nueve mil pesos por las tres horas que estuvo su mamá en esa clínica privada, donde aseguran que se contagió de COVID-19.
Después de 15 días, la familia Vázquez se mantiene firme en su campamento. Afirman que han recibido apoyo de la ciudadanía, y sobre todo, de amigos que les llevan de comer.
Pero también han recibido reclamos de vecinos del lugar a los que no les agrada que se hayan instalado en el sitio, y de forma altanera los han corrido pero aseguran que no se moverán.
“Mi madre está grave, pero estable, es lo que nos han dicho los médicos, confiamos en que salga adelante y agradecemos a las personas que se han solidarizado con nosotros”, dijo la hija mayor.
En los alrededores del hospital hay más personas que esperan noticias sobre sus parientes enfermos, pero contrario a la familia Vázquez, permanecen unas horas a la sombra y luego se retiran o son relevados por algún familiar.
Por Lino Sarmiento