Decenas de habitantes del municipio se sienten desesperados pues indican que “el agua ya les está llegando al cuello”, y en su desesperación por recibir algún ingreso buscan trabajo de lo que caiga, aunque sea mal pagado o no sea de su profesión o grado de estudios.
Desde que comenzó la contingencia sanitaria por el coronavirus, muchas personas decidieron regresar a sus lugares de origen, mientras que el resto de la población continuó con la esperanza de que esto pasara lo más pronto posible para regresar a sus labores.
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Desafortunadamente para José Rojas, cocinero de un restaurante, la fortuna no estuvo de su lado, pues al reactivarse la economía, el negocio se quedó con la mitad de su personal y él tuvo que ser despedido, con la esperanza de que, de mejorar la situación, volvería a ser contratado.
"Yo ya no creo en nada, ahorita ando buscando trabajo de lo que caiga, no me importa ni mis grados de escuela, me interesa trabajar. Y en esta situación están algunos de mis amigos y vecinos; incluso varios tuvieron que irse de albañiles, no es un mal trabajo, pero no les da lo suficiente, ya que no les pagan lo justo", aseguró Rojas.
Por otro lado, muchas personas han decidido emprender algún tipo de negocio pero saben que la situación no es muy fácil.
"La primera semana sí vi ingresos, pero seamos realistas, cuestionó: ¿quién compra plantas diario, o cubrebocas o postres? Nadie porque ellos al igual que yo estamos en este barco de la pandemia, con poco dinero y sin un trabajo fijo. Espero que pronto empecemos a cambiar en el semáforo para encontrar un trabajo de acuerdo a lo que estudiamos o a nuestra profesión, ahorita ya metí muchas solicitudes de empleo, recorro las calles del centro en busca de cualquier trabajo para subsistir", aseguró Nayeli Jiménez
Por Sandy Márquez