La Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (Amhmar) presentó los resultados de una investigación de cinco años realizada en siete países en la que participaron más de 40 organizaciones de científicos de mamíferos y personal que se dedican al cuidado ambiental, misma que fue auspiciada por una beca económica aproximadamente de 740 mil dólares, con la que pudieron recolectar información de 216 delfines nariz de botella, 13 belugas y ocho delfines de costados blancos del Pacifico.
Rodrigo Constanse, presidente de AMHMAR, apuntó que pretende presentar la investigación en el Senado de la República con el objetivo de prevenir posibles reformas que hagan frente negativo a delfinarios de todo el país, por lo que para la próxima semana planean tener reuniones con senadores para conseguir que estos se sumen con algunos representantes del Estado.
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“Lo que tenemos que hacer es llevar todos estos hallazgos científicos a los tomadores de decisiones para que las legislaciones que pertenecen a la materia tengan este soporte. La próxima semana vendrán diputados de la Ciudad de México, queremos ver si hay posibilidad de sumar a diputados de Quintana Roo para que conozcan la materia para que salgan adelante y se promueva este mensaje”, dijo Rodrigo Constanse.
De igual forma anunciaron resultados positivos en los que se determina el tiempo actual de vida de los animales estudiados, sus distancias de nado, incluso se detectó que las especies a veces sufren de estrés.
Rodrigo Constanse, apuntó que los delfines que permanecen bajo la custodia y cuidado humano tienden a vivir hasta 30 años, mientras que si estos vivieran en su hábitat silvestre con trabajo pueden vivir entre 17 o 18 años, por lo que esta investigación reveló que los delfines están mejor y viven mejor en cautiverio siempre y cuando tengan la atención adecuada y profesional.
La intención de la intervención de instituciones acreditadas es que los cetáceos permanezcan en interacción positiva con humanos y a su vez manejo profesional que se haga de los animales un impacto de bienestar animal que el a pesar de que estos no se encuentren en sus hábitats originales.
Constanse agregó que las instituciones certificadas deben ser zoológicas y modernas, mismas que sirvan de ejemplo con las mejores prácticas a nivel mundial, promocionando el manejo ético de los animales bajo su cuidado, logrando conectar con la vida silvestre e inspirarse para cuidar a todos los animales, desde los domésticos, en vida salvaje y bajo cuidado humano que es prioridad.
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JCL