Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

México

Este 19 de septiembre se registra sismo en Matías Romero, Oaxaca

Volver

Quintana Roo

La ansiedad afecta a más de 40% de los quintanarroenses, según datos de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, y que pudo aumentar por la pandemia del coronavirus

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) 2020, 44.3 por ciento de los encuestados en Quintana Roo sufre de trastorno de ansiedad y 11.5 por ciento presenta síntomas de depresión.

El estudio reveló que de mil 33 entrevistados, las mujeres son las más vulnerables, en el desglose se destaca que 23.2 por ciento tiene signos de ansiedad severa y 32.8 por ciento “mínima”, en tanto que en el rango de hombres 15 por ciento presentó signos de ansiedad severa y 29.7 por ciento mínima.

Nayeli Mora Mora, Jefa del Departamento de Salud Mental de Adicciones de los Servicios Estatales de Salud (SESA), consideró que ocho de cada 10 personas tienen algún episodio de ansiedad y esta es variable, ya que puede ser de leve, desde el momento en que cruza una idea, pero se le olvida, a una situación grave, donde el paciente requiere de ayuda profesional al verse imposibilitado de continuar con su vida normal.

“El trastorno de ansiedad generalizada que algunas personas pueden desarrollar siempre va a tener relación con la manera de aprender y ser educados así como a la forma que le enseñaron a enfrentar los problemas de la vida cotidiana”, señaló Mora Mora.

En entrevista para Por Esto!, destacó que el trastorno de ansiedad lo puede desarrollar desde un menor hasta una persona adulta o de la tercera edad, “hay escalas o instrumentos estandarizados para medir la gravedad de la ansiedad y poder determinar si requiere algún tipo de tratamiento específico, en este caso la psicoterapia o un tratamiento especializado con fármacos para el trastorno”.

Explicó que la sintomatología puede ser muy variable, pero puede ser incluso con trastornos obsesivo-compulsivos, los ataques de pánico y fobias, ya que todas estas entran dentro de ese espectro.

“Puede haber una serie de señales que más bien son factores de riesgo para desarrollar este tipo de trastornos, siempre el problema va a ser cuando la persona se sienta incómoda con la situación”.

En ese sentido, ejemplificó que todos tenemos un miedo a algo “pero podemos sobrevivir y llevarlo sin ningún problema a nuestra vida cotidiana, el problema es cuando ya nos genera afectación en la relación con otras personas o nos impide hacer algunas actividades, porque es demasiado el malestar emocional y físico”.

Puntualizó que más allá de estas alertas, no se pueden diagnosticar hasta que se acuda a un especialista para que se realice el análisis clínico y psicológico para poder diagnosticar con certeza que se trata de un trastorno.

“La ansiedad va desde tener miedo a algo, a la convivencia, a hablar en público, estar en una situación de trabajo en equipo, tener pensamientos obsesivo- compulsivos, por ejemplo en la pandemia, las personas tienen miedo a contagiarse, entonces están preocupadas y pensando en que se van a exponer simplemente con salir de la casa, saludar de mano a otra persona o estar en un lugar cerrado con otras personas”, dijo.

Afirmó que cuando el malestar es fuerte, tanto emocional como físico, es cuando hay que derivarlo para ser atendido.

Asimismo, afirmó que: “nuestro día a día es normal, no pasa nada que el pensamiento cruce por nuestra mente, pero enseguida nos distraemos en otra cosa y se soluciona el problema; sin embargo, cuando no podemos afrontarlo tenemos que derivarlo, no existe algo específico para que la persona diga tengo ansiedad y necesito un tratamiento, no es así, el diagnóstico siempre lo hace el especialista”.

Destacó que a causa de la ansiedad surgen ciertas adicciones, que van desde fumar un cigarrillo, alcoholizarse, incluso usar drogas, “estas sustancias los alivia en el malestar, una persona que está muy preocupada y se fuma un cigarro calma su ansiedad; a una persona que le cuesta trabajo convivir con las demás, porque tiene un poco de fobia social, a lo mejor al tomarse unas copas disminuye la ansiedad y favorece la convivencia, desafortunadamente esas son sustancias adictivas y el control se puede perder fácilmente”.

La entrevistada reconoció que hubo un aumento de casos de ansiedad como consecuencia de la emergencia sanitaria del COVID-19, ya que esta situación sacó del confort a las personas al tratarse de algo desconocido, ya que no se sabía cómo se iba a enfrentar.

Puntualizó que: “entonces las personas que tienen menos habilidades para este afrontamiento desarrollan síntomas psicológicos como ansiedad, miedo a contagiarse, a enfermarse, morir y sufrir otros ataques de pánico, a lo mejor una persona que le daba una gripa y no pasaba nada y ahora le da gripa y piensa que ya se contagió y que se puede morir”.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información.

CG

SIGUIENTE NOTICIA

México

Supuesto sobrino de 'El Chapo' Guzmán abrió fuego en un bar de Sinaloa: VIDEO.