Quintana Roo quintuplicó el número de deportaciones en 2021, pues hasta octubre de este año se registraron 538, mientras que en el mismo periodo del 2020 fueron 100, siendo los guatemaltecos los que más son devueltos a su país desde el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), así lo reveló el informe más reciente de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Hasta el décimo mes del año, el estado deportó a 156 guatemaltecos, 82 hondureños, 54 beliceños, 51 salvadoreños, 41 nicaragüenses, 45 cubanos, 45 colombianos y 36 estadounidenses, los restantes se reparten entre europeos, africanos y asiáticos.
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También se convirtió en el estado que más deportaciones hace a nivel peninsular, pues Yucatán registró 183, mientras que Campeche tuvo 66, inclusive Quintana Roo superó a otros Estados como Sinaloa, Guerrero y Baja California Sur en este rubro.
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El informe reveló que los hombres son los que más son deportados desde Quintana Roo con un 56 por ciento, por un 44 por ciento de mujeres, sólo un 10 por ciento de los devueltos a su país eran niños entre 1 a 10 años, los cuales buscaban una mejor vida en el estado o querían cruzar hacia Estados Unidos.
En comparación con 2020, ahora los varones mayores de 30 años fueron los que más sufrieron las deportaciones, seguidos de las mujeres de 25 a 28 años, los cuales eran provenientes de las capitales de los países centroamericanos antes mencionados.
Así mismo, la falta de intérpretes de idioma, además del español e inglés y la poca disposición de las autoridades migratorias para realizar investigaciones hace que esta problemática crezca en el Estado, pues inclusive a los refugiados se les deporta antes de tener una evaluación de la Comisión Mexicana de Ayuda para Refugiados (Comar), que se encarga de determinar si los interesados son aptos para quedarse o no en el país.
De las 538 deportaciones en Quintana Roo que se registraron hasta octubre del 2021, solamente 217, 163 hombres y 64 mujeres tuvieron un retorno asistido por las autoridades migratorias, es decir, se encargaron de acompañar a los implicados para verificar que si regresaran a sus lugares de origen de la mejor forma y sin riesgo alguno.
“El acompañamiento también es un derecho por parte de los migrantes, y Quintana Roo claramente no lo hace, esto habla de deportar por deportar, sin importar cómo llegaron a su destino o si lo hicieron de manera segura”, finalizó.
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CG