Pablo Amezcua Dorador, funcionario bajo la administración municipal de Gregorio Sánchez Martínez en Cancún, vinculado en la red de operaciones de la llamada 'mafia rumana' en Quintana Roo, y encarcelado en Estados Unidos, aceptó su culpabilidad y participación en tráfico de drogas y lavado de dinero, donde también mencionó al empresario Guillermo Barrera Lara.
Amezcua Dorador se presentaba como una persona influyente que podía realizar lavado de dinero procedente del narcomenudeo, haciendo uso de ese dinero en bienes raíces en la ciudad de Cancún.
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Fue una persona que trabaja para la DEA, quien hizo caer a Amezcua Dorador en una trampa, pues se puso en contacto con él, para después concretar tres reuniones presenciales, una en Panamá, otra en Guatemala y las últimas dos las llevaron a cabo en la ciudad de Miami en Estados Unidos.
A esas últimas reuniones, también asistió Guillermo Barrera Lara, esto según información de fuentes de la DEA a medios nacionales.
Luego de platicar, Pablo Amezcua Dorador y Barrera Lara le dijeron al infiltrado que ellos podían lavar dinero fácilmente en México e incluso hablaron de aumentar el tonelaje de droga que 'ingresarían' a Estados Unidos por medio de yates y avionetas privadas.
Cuando supuestamente recibieron su 'parte' de las ganancias en el país norteamericano, la DEA los arrestó.
Amezcua Dorador y su defensa buscaron justificar el hecho, alegando que el detenido tenía problemas económicos muy fuertes, esto en 2019.
Debido a esto, y a que aceptó su culpabilidad en los hechos, el juez a cargo del caso lo condenó a más de 10 años de cárcel.
Con Información de Milenio
CG