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El color verde de la Laguna de Bacalar data del 2018, proceso que se aceleró con las lluvias atípicas del 2020

El nuevo color verde de la Laguna de Bacalar es para los especialistas una clara señal de eutrofización, proceso que se aceleró con las lluvias atípicas del 2020, las cuales generaron un enorme arrastre de materia orgánica al cuerpo lagunar.

Desde los primeros meses de 2018, biólogos advirtieron que la Laguna de Bacalar presenta indicios claros de eutrofización, proceso que genera el crecimiento de ciertas algas en un cuerpo lagunar como efecto de la acumulación de residuos orgánicos, de modo que es la más importante degradación ambiental que sufren a causa de la influencia humana.

Imágenes acuáticas captadas ese año por Kamila Chomicz, cineasta de Polonia, mostraban los  indicios de la eutrofización en Bacalar, además de aportar videos con diversos biólogos, científicos y gente involucrada en la protección a la laguna, quienes cuentan cómo este lugar está cambiando y cuáles son los mayores peligros para el ecosistema.

La eutrofización consiste en el aumento de la concentración de nutrientes en los lagos y embalses, que da lugar a un crecimiento exagerado de algas y malezas acuáticas en las aguas.

Este tipo de algas son las que generan el color verdoso, que en algunas zonas de la Laguna de Bacalar ya se han extendido y que amenazan con hacerlo más, hasta hacer desparecer las siete tonalidades de azul que caracterizan a este paraíso natural.

No hay voluntad para atenderlo

Desde febrero del 2018, empresarios y habitantes de Bacalar expresaron su preocupación al conocerse estudios que evidencian la contaminación de la Laguna de los Siete Colores.

Entonces, en las instalaciones de la Cámara Nacional de Comercio se realizó una conferencia denominada Situación Ecológica Actual de la Laguna de Bacalar y su Biodiversidad, a cargo de la bióloga Shanty Acosta, en la que se dieron a conocer diversos factores contaminantes que ponen en riesgo la salud de la laguna, entre ellos el crecimiento demográfico, la carencia de un sistema adecuado de drenaje y la falta de concientización a los visitantes sobre la fragilidad del ecosistema.

Al tener un basurero a cielo abierto y tiraderos clandestinos, escurren aguas residuales al manto freático y se genera contaminación que afecta a la laguna.

Además, la cercanía de la laguna con zonas de agricultura intensiva, donde se han deforestado vastas áreas y se emplean organismos con genética modificada, es decir, transgénicos, así como agroquímicos, impacta al ecosistema lagunar, su salud y su biodiversidad.

Esto significa que, al incrementar la materia orgánica, el vertimiento de hidrocarburos y la mayor presencia de heces, la laguna está en riesgo de cambiar sus colores azules a tonalidades verdes.

Bacalar, conocida como la Laguna de los Siete Colores por sus diversas tonalidades azules, desde hace un par de años empezaba a mostrar un octavo color, el verde, que no era más que un saldo negativo de la contaminación que la desordenada actividad humana genera en perjuicio de la riqueza natural.

El surgimiento de estas franjas de color verde en el cuerpo de agua es el resultado de la vegetación que empieza a invadir el fondo de la laguna, y esta expansión es síntoma de que avanza la polución de la misma.

Imágenes aéreas tomadas en 2019 confirmaron el crecimiento de zonas verdes en la laguna, que desde entonces empezaban a extenderse como resultado de un proceso de eutrofización, causado por el aumento del vertido de materia orgánica, producto de la actividad humana, detonada, principalmente, por el crecimiento acelerado de la actividad turística, la deforestación en los alrededores para actividades agrícolas intensivas, y el rezago en servicios para revertir la contaminación que causa el aumento de los asentamientos humanos.

Con ayuda de un dron se captaron imágenes en la zona lagunar teniendo como punto de referencia el frente del Hotel Laguna, las cuales constatan las franjas de color verde que suman de 10 a más de 30 metros de ancho y se extienden por más de un kilómetro.

Además, imágenes subacuáticas también revelaron este aumento de vegetación en el fondo, que cada vez es más visible en la orilla de la laguna, donde aumentaba el número de lirios y otras plantas, además de que el agua es más turbia.

Este proceso de cambio de color fue potencializado en 2020, cuando las lluvias atípicas provocaron un enorme arrastre de materia orgánica a la laguna, y hasta la fecha la mayor parte del cuerpo de agua no ha logrado restablecer sus colores azules.

La eutrofización muestra que es indispensable tomar medidas de cuidado de la laguna, las cuales no se han realizado por parte del sector público federal, estatal o municipal, aun cuando la belleza de la Laguna es el motor económico y fuente de ingresos a las arcas del sector público.

MR

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