A lo largo de sus 51 años de vida, en Cancún ha prevalecido la ineficacia o ausencia de mecanismos de planeación, que en su aplicación priorizan el desarrollo turístico sobre el bienestar social.
Así lo señala el estudio “Urbanización y deterioro ambiental en Cancún, Quintana Roo”, de Juan Roberto Calderón Maya y María Estela Orozco Hernández, investigadores de la Universidad del Estado de México.
El estudio señala que a lo largo de la mayor parte de su historia el modelo urbano practicado en Cancún ha fomentado la polaridad, la segregación y la exclusión social, además del deterioro ambiental.
De 1970 a 2010, la actividad turística en Cancún y los agentes que en ella intervienen han conformado una red de relaciones económicas, sociales y políticas que priorizan la ganancia sobre el bienestar social, afirman.
“Todo este entramado ha configurado un modelo urbano que reproduce a paso acelerado las problemáticas socio ambientales de las grandes ciudades y que sus efectos se maximizan por la fragilidad del entorno natural de Cancún”.
A 51 años de su creación, el deterioro del destino se puede ver reflejado en la zona hotelera, donde un total de 24 inmuebles entre hoteles, restaurantes, plazas comerciales y discotecas se encuentran abandonados desde hace años.
Se trata de inmuebles que en su momento tuvieron gran auge en este polo turístico, pero que por diversas razones terminaron en el abandono y que ahora son reflejo del desgaste en infraestructura que ya enfrenta Cancún.
A decir de prestadores de servicios turísticos de la zona hotelera que operan cerca de algunos de estos inmuebles, la mayoría cerraron al verse inmersos en problemas económicos o legales.
Indicaron que en varios casos ha habido la intención de inversionistas para rescatar algunos, sin embargo, la falta de garantías legales para sacarlos adelante no han permitido nuevos proyectos.
Algunos de estos edificios recuerdan el boom turístico que alguna vez vivió Cancún, pero también reflejan el exceso en que cayeron empresarios e inversionistas, señalan vecinos del lugar.
El problema en la zona hotelera lo reveló el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en su Programa Institucional 2021 mediante un diagnóstico de su situación actual.
“El principal problema que se enfrenta es la falta de mantenimiento mayor a toda la infraestructura que presenta un alto deterioro, lo cual puede impactar directamente en el índice de desarrollo social y económico”, destaca el estudio.
Advierte que de no contar con los bienes y recursos en las mejores condiciones de operación y competitividad, puede impactar directamente en los ocho millones 464 mil habitantes, trabajadores, usuarios y turistas que, en promedio, conviven en la zona hotelera.
Pero el escenario se complica aún más, derivado de la crisis económica por la pandemia de COVID-19, de acuerdo con el Análisis Costo-Eficiencia para el periodo 2021-2023 se requieren 778 millones para atender el rezago.
El deterioro en la zona hotelera también se replica en la ciudad, donde, según el Censo de Población, habitan 911 mil personas que intentan vivir de la mejor manera posible, pero los servicios resultan insuficientes.
El crecimiento poblacional ha rebasado a las autoridades, lo que ha llevado al surgimiento de invasiones que forman zonas irregulares y anillos de pobreza, donde la gente vive sin servicios y con inseguridad en todos los sentidos.
“Las invasiones en Cancún se pueden evitar con la aplicación de la ley, pero las autoridades han sido laxas”, consideró la investigadora social de la Universidad del Caribe, Cristine MacCoy.
“Los asentamientos irregulares representan un riesgo en muchos sentidos, se convierten en poblaciones vulnerables en temas de salud, seguridad, impacto ambiental y ahora se suma el COVID-19”, afirmó.
“No se trata de estar regularizando asentamientos, permitir que la gente invada y que después se ponga a presionar al gobierno para que regularicen, esto no puede ser, por eso existen leyes, sólo es cuestión de que las apliquen”, dijo.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Territorial, Urbano Sustentable (Sedetus) en Cancún hay unas 80 invasiones identificadas que representan a cerca de 20 mil lotes y familias.
David Badillo, maestro en Urbanismo y presidente del Colegio de Urbanistas de Quintana Roo, dijo que el patrón de crecimiento urbano de ciudades como Cancún es poco alentador.
“Es una ciudad joven con problemas de ciudad vieja, con fragmentación urbana y uno de los principales retos que, en términos de urbanismo hay, es alcanzar un crecimiento que privilegie el bienestar de las personas por encima del interés económico.
Al respecto, Adriana Martínez, maestra en urbanismo y vicepresidenta del organismo, indicó que problemáticas como los asentamientos irregulares, son uno de los principales temas a resolver.
“Pero también se encuentra el de la falta de espacios públicos y la violencia que se genera con el desarrollo de viviendas que fomentan el hacinamiento, así como el rezago en temas de reglamentación”, aseveró.
“Hay muchas necesidades de urbanismo en Cancún porque es una ciudad muy dinámica y es tan rápido el crecimiento que sobrepasa la capacidad de respuesta de las autoridades”, explicó.