“Recurrir a la matanza clandestina es a lo que nos obligará el Ayuntamiento, de no regularizar la situación del rastro municipal, asegura Armando Bonfil Mora, líder de los tablajeros del mercado Lázaro Cárdenas. “No es algo nuevo, es una problemática que ha caracterizado a la actual administración municipal encabezada por Otoniel Segovia”, aseguró
Respecto al producto cárnico, que es la materia prima para su trabajo, indicó que sin éste no podrán llevar el sustento a su familia y quedaría desabastecida la capital del Estado, “y eso no lo vamos a permitir, porque ya estamos cansados de no ser escuchados, de no ser atendidos por las autoridades, ya lo hemos expuesto muchas veces y nadie tiene voluntad para hacerlo, no nos vamos a quedar de brazos cruzados”, enfatizó el dirigente.
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La clausura del rastro municipal era un hecho esperado por parte de los carniceros, ante la falta de compromiso del regidor José Luis Murrieta Bautista, presidente de la Comisión de Mercados y Rastros del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, quien no ha dado soluciones a la problemática que presenta el inmueble, las cuales infinidad de veces han sido denunciadas por los tablajeros. “De verdad que nosotros nos encontramos en la mejor de las disposiciones para trabajar, pero al señor Murrieta Bautista no le interesa”, dijo.
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El día de ayer, las carnicerías del mercado Lázaro Cárdenas, mejor conocido como Mercado Nuevo, ofrecieron producto ante la entrega puntual por parte del rastro, pese a su clausura el miércoles pasado. “No sé si era producto que tenían refrigerado, no lo sé, pero no sabemos qué va a pasar mañana”, expresó Bonfil Mora, quien lamentó que de manera constante les restrinjan la carne. “Luego nos dicen que no hay matanza porque no sirve la bomba de agua, porque se cayó una cuchilla, porque se tapó el drenaje, porque los refrigeradores no congelan, porque no hay gas, ya basta, de verdad, ya basta”.
Lamentó que las autoridades municipales no se pongan a pensar que de haber desabasto los consumidores acudirán a las grandes cadenas comerciales, ingresos que no se quedan en México, dejando desamparados a los productores y comerciantes locales, “entonces no son congruentes al decir que van a apoyar al pequeño comerciante”.
Ante la apatía prefieren de las autoridades prefieren optar por el clandestinaje a esperar a ver el desabasto, “porque ya nada funciona, hicimos una marcha, nos manifestamos y, de verdad, nada funciona”, señaló el líder.
El inmueble en el que se encuentra el rastro municipal es relativamente nuevo, pero presenta las deficiencias de un inmueble viejo, pues le falta mantenimiento a la infraestructura, ya que los rieles para la carne muchas veces no sirven, la instalación eléctrica falla y, de acuerdo con la inspección realizada por la Comisión Federal para la Prevención de Riesgo Sanitario (Cofepris), en el lugar carecen de agua clorada e incluso existe fauna nociva que representa un peligro para los posibles consumidores, principales factores para la clausura del inmueble.
El rastro fue entregado en junio del 2019 por la actual administración municipal, pese a que la entrega estaba programada desde el 2018.
Desde el inicio de actividades presentó anomalías no sólo por dentro, sino también en el exterior, pues cuando llueve se encharca, la maleza está alta y no tiene alumbrado, por lo que en reiteradas ocasiones el presidente municipal Otoniel Segovia realizó supervisiones y se comprometió a subsanarlas; sin embargo éstas persisten.
CG