Daños materiales incalculables fueron la consecuencia de los siete establecimientos que se quemaron al mediodía de este lunes en el malecón Rueda Medina, informaron elementos de Protección Civil y la Policía municipal, luego que la Fiscalía iniciara una investigación para evaluar el alcance del siniestro.
Merced Ortiz Maya, director de Protección Civil, luego de concluir el trabajo de sofocar por completo el incendio, poco después de las 14:00 horas, informó que el saldo fue de daños materiales en los negocios pero nadie resultó lesionado en el esfuerzo por apagar las llamas, con la colaboración de la sociedad civil.
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Locatarios y turistas trabajan en conjunto para mitigar el incendio en Isla Mujeres
Agradeció a los empleados y voluntarios, incluido turistas, que apoyaron tirando cubetadas de agua de mar y contribuyeron para que el fuego se sofocara y anunció que no habrá rebrotes de las brasas por el incendio de las palapas.
Confirmó que a las 11:03 minutos le llegó la alerta del incendio y 12 minutos después arribó la pipa de Protección Civil al lugar e inició el trabajo con el apoyo de la Quinta Región Naval y de Aguakán.
Las cinco palapas quemadas (los restaurantes Mocambo, Miramar, Picus y Luna, y una joyería, están regulares con su documentación, se le concedió su anuencia de Protección Civil, por lo tanto cuentan con retardantes, por eso el fuego no avanzó rápido, señaló.
Además esos comercios contaban con extintores y personal capacitado para atender emergencias menores, agregó. Cada dueño de establecimiento debe tomar las previsiones, alegó.
Todo comenzó en la chimenea del restaurante Mocambo. Según los testigos, se vio salir de esa estructura una humareda. A las 11:01 horas ya había lenguas de fuego.
Rápidamente, las llamas avanzaron a la palapa continua, del restaurante Miramar, en medio de la histeria de empleados y de los dueños de locales comerciales de esa zona, quienes veían atónitos la rápida propagación del fuego por los vientos del Sur-Sureste que soplaban, que hizo saltar una chispa al restaurante Picus y 20 minutos después, el fuego alcanzó al establecimiento Luna.
Bomberos, personal de Aguakán y de la Armada concentraron su esfuerzo en el techado de la joyería, lugar que era sede de la Cooperativa de Servicios Turísticos Isla Mujeres, en la desembocadura de la calle Madero.
Empleados y voluntarios ya estaban rociando agua sobre el techado de zacate de los locales cercanos al restaurante Muelle 7. El objetivo era evitar que el fuego llegue a ese punto y alguna chispa alcanzara la gasolinera.
Ese objetivo se logró una hora después, cuando se pudo controlar el fuego, en medio de la masiva participación de voluntarios que, armados con cubetas que llenaban con agua de mar, las hacían llegar a la estructura que todavía estaba en llamas.
Enrique Osorio Magaña, uno de los dueños de Miramar, estaba con sus hermanos tres horas después del siniestro. Todo se quemó, sin embargo, manifestó su buen ánimo en medio del desastre y posteó a sus contactos y amigos que van a reconstruir el inmueble pronto. “Estamos listos para empezar (de nuevo)”, escribió.
Luego, Julio Osorio, su hermano, informó que el evento fue repentino y consumió todo a su paso el fuego. Esperaba que la parte de concreto pueda estar en condiciones de ser reutilizada, pero que eso se verá después de la evaluación con quienes saben de construcciones.
Verónica Santos, empleada de una de las tiendas de artesanías dañadas, dijo que el agua que escurrió en el negocio dañó las ropas y ya no se puede vender. Es pérdida total.
En uno de estos locales se quemó buena cantidad de prendas de playa, pero no se salió de control porque ya estaban las pipas para sofocarlo.
El director de Seguridad Pública, Eduardo Fouilloux Bataller, solicitó detenerse a los voluntarios que estaban retirando escombros de los establecimientos siniestrados con vehículos particulares y del gobierno municipal, porque eso va en contra de la indicación de la Fiscalía, que debe evaluar el daño y la dimensión del evento. Su informe le servirá a las aseguradoras para considerar los pagos por los daños, dijo.
Sin embargo, el dueño del restaurante Picus, Héctor Gil Chablé, deseaba que los voluntarios continuarán con su apoyo para limpiar lo más pronto posible el lugar para iniciar a la brevedad la reconstrucción.
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MA