El abstencionismo se perfila como el próximo ganador de las elecciones de 2021 en Quintana Roo, en las que se renovarán las alcaldías y las curules en la Cámara de Diputados Federal.
Quintana Roo es una de las Entidades con la menor participación en los asuntos electorales del país; la apatía de los quintanarroenses a la convocatoria electoral o a la falta de identificación con algún líder o partido es visible, al menos, en la última década.
Las elecciones más concurridas son las presidenciales -la participación ciudadana alcanzó 56 por ciento del padrón electoral en 2012 y 58 por ciento en 2018- sin embargo, se ubicó en el décimo lugar de abstinencia a nivel nacional, después de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Nuevo León y Sonora, según datos obtenidos del Instituto Nacional Electoral (INE).
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El desinterés en los asuntos políticos se agudizó en los últimos comicios a diputados locales, 78 por ciento de los ciudadanos decidió no ejercer su derecho al voto en la renovación del congreso del Estado en 2019, con lo que los legisladores co-gobiernan con los niveles más bajo de legitimidad en la última década.
Con el alto abstencionismo como antecedente, Jorge Armando Poot Pech, consejero comisionado del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo), estimó que alrededor de 40 por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral acudirán a las urnas el próximo domingo 6 de junio.
“Creo que andaremos en 40 ó 45 por ciento, aproximadamente. En el pasado proceso electoral (la participación) apenas rebasó 20 por ciento. Se trató únicamente de una elección de diputados locales y, en esta ocasión, si bien, solamente a nivel local vamos a tener la elección de los ayuntamientos, viene aparejada de la elección de los diputados a nivel Federal, esto es una elección concurrente conjuntamente con el Instituto Nacional Electoral”, pronosticó.
“En 2018, que también fue una elección concurrente, se llegó a esa misma cantidad, incluso a 50 por ciento; obviamente en 2018 se trataba, además de las elecciones locales, la de la Presidencia de la República”, comparó.
En la jornada electoral del próximo 6 de junio se renovarán las 11 presidencias municipales y se elegirán a los representantes de la Cámara de Diputados Federal. Se instalarán 2 mil 278 casillas que serán operadas por 13 mil 668 funcionarios para atender a un millón 300 mil ciudadanos con posibilidad de votar, precisó el funcionario.
Jóvenes, los abstencionistas
El alto porcentaje de abstención al voto deriva de la apatía de los jóvenes entre 18 a 29 años de edad, expuso Poot Pech. “Desafortunadamente es el sector que menos vota; es a partir de los 30 años a los 50, que votan un poco más, comparado en su proporción”, contrastó.
El consejero electoral atribuyó el desinterés de la juventud en la vida política electoral a la desinformación. “Son más proclives a otro tipo de contenido de información que, entre la verdadera y la falsa, los desanima en temas de participación democrática”, dijo.
“La juventud que apenas rebasa los 18 años de edad está pensando más en los estudios, en encontrar trabajo, en una estabilidad personal, profesional o familiar; el tema político-electoral o de participación ciudadana no lo vincula, cuando evidentemente sabemos que es fundamental para el crecimiento”, consideró.
Del millón 300 mil votantes registrados en el padrón electoral, aproximadamente 47 por ciento son jóvenes entre los 18 a 29 años de edad, estimó Poot Pech. En contraste, el electorado que más ejerce su derecho al voto es la población en edad de los 30 a 50 años, un sector que representa entre 20 y 30 por ciento, mencionó.
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Turismo, el otro inhibidor
El 50 por ciento de los votantes vive en la zona turística de Benito Juárez, en la que su actividad económica principal inhibe el ejercicio al voto el día de la jornada electoral, planteó Poot Pech.
“Este sector de Quintana Roo en la zona Norte también tiene otras circunstancias de actividades en la sociedad, específicamente en temas de turismo. Esto obviamente influye, no tanto en que no quiera participar, sino que las propias actividades laborales, profesionales y personales les impide participar, ya sea como parte del proceso electoral, como funcionarios de casilla, observadores o capacitadores”, dijo.
“Y peor aún el día de la jornada electoral. Como todos sabemos, en el sector turístico es un día en el que mayores ingresos hay y, desafortunadamente, eso también hace que muchas personas no acudan a votar”, relacionó.
Más votos a los presidentes
El mayor interés de los quintanarroenses es elegir al Presidente de la República. En los comicios de 2012, en los que ganó el expresidente Enrique Peña Nieto, 56 por ciento del electorado acudió a las urnas a ejercer su voto y, seis años después, en las elecciones de 2018, en las que triunfó el mandatario Andrés Manuel López Obrador, la participación alcanzó 58 por ciento, de acuerdo con datos del INE.
En los comicios Federales mencionados también se escogieron a Senadores de la República y a los representantes de la Cámara de Diputados Federal. Sin embargo, el abstencionismo osciló de 44 a 42 por ciento del electorado.
En contraste, los ciudadanos son apáticos al elegir a los legisladores Federales. En 2009, en las elecciones intermedias para diputados federales, sólo 36 por ciento de los ciudadanos votó y en 2015 alcanzó apenas 40 por ciento de la participación electoral.
¿Y los gobernadores y alcaldes?
Los ciudadanos también se preocupan por elegir a su próximo gobernador y alcalde. En la jornada electoral de 2010, 397 mil 501 personas acudieron a depositar su boleta en las urnas, lo que representa apenas 47 por ciento del listado nominal y, para las elecciones de 2016 se contabilizaron 585 mil 184 votos, con lo que la participación alcanzó 54 por ciento del total, de acuerdo con datos obtenidos del Ieqroo.
El abstencionismo pasó de 53 por ciento a 46 por ciento en los dos comicios a gobernadores.
El involucramiento de los quintanarroenses en la selección del alcalde es cada vez más alto. En 2010, 43 por ciento del electoral salió de casa para elegir a su próximo presidente municipal, pero ocho años y tres procesos electorales después, en 2018, la participación ciudadana brincó a 66 por ciento.
En José María Morelos se observó el mayor porcentaje de asistencia con 83 por ciento del electorado, mientras que Solidaridad obtuvo la menor concurrencia con 52 por ciento.
Los ciudadanos no están interesados en elegir a sus representantes en el Congreso del Estado, la mayor participación ciudadana se observa en los comicios concurrentes, cuando se renueva también el cargo a gobernador y alcaldes; por ejemplo, en la jornada electoral de 2016 alcanzó el mayor porcentaje de asistencia electoral en la última década, con 54 por ciento de la lista nominal, pero tres años después, en las elecciones intermedias de 2019, se hundió a 22 por ciento.
CG