Socavan el fondo marino, impiden el crecimiento del mangle y ocupan la orilla, éstas son los principales inconvenientes que tienen las embarcaciones hundidas tras el paso de los huracanes recientes en la Laguna Nichupté, señaló Roberto Herrera, del Departamento de Sistemática y Ecología Acuática de Ecosur.
Retirarlos de esta zona implicaría un costo alto, un factor que, por el momento, frena cualquier acción, además porque tendría que ser cubierto por los propietarios privados. Instancias estatales y federales aún no ofrecen soluciones.
El presidente de la Asociación de Náuticos de Quintana Roo, Francisco Hernández Millán, señaló que en Cancún había entre 70 y 80 embarcaciones hundidas o sumergidas tras el paso de los tres huracanes en el 2020, que dejaron a su paso destrucción y perdidas económicas como las unidades marítimas que se encuentran abandonadas en la Laguna Nichupté, que es en donde se aprecian los casos más evidentes, además de que se destruyeron cerca de 80 marinas en la zona.
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Si se toma en cuenta que el promedio de las embarcaciones que se ven cerca de la orilla de la laguna son de aproximadamente de 10 metros cuadrados, multiplicado por las 70 de las que tienen conocimiento los náuticos de Quintana Roo, se habla de una superficie de al menos 700 metros cuadrados de pasto que no crecerá, casi un kilómetro cuadrado ocupado por restos de embarcaciones hundidas.
“Desgraciadamente esas embarcaciones y más por el tiempo hundidas, si no la sacas inmediatamente y les das un mantenimiento exhaustivo en las 48 horas siguientes, prácticamente están perdidas”, señaló Francisco Hernández Millán, quien además reconoció que ese es el procedimiento que ocurre en la ciudad.
“Dependiendo del material de las embarcaciones se puede deducir el daño, pero me imagino que todas son de fibra de vidrio, entonces el impacto está en que la estructura no deja crecer pastos abajo de ellas, y sobretodo socavan el fondo marino, en algún momento de tormenta socavan más y con el tiempo el manglar los envuelve”, señaló Roberto Herrera de Ecosur.
Durante el recorrido en la zona por el equipo de los diarios Por Esto!, se pudieron apreciar una docena de embarcaciones en pésimas condiciones, hundidas y recaladas en la zona del manglar, en sólo un tramo 100 metros, Mario Rodríguez, trabajador de una marina cercana a la zona, señaló que los dueños las dejaron allí, debido a que el proceso para rescatar una embarcación es muy cara y depende de que tan grande sea ésta.
Las naves marítimas están matriculadas, por lo que se conoce a los propietarios, sin embargo, después de ocho meses continúan en los mismos lugares dañando el manglar, el pasto y el fondo marino de la Laguna Nichupté.
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RM