En un recorrido por la ciudad de Cancún y la Zona Hotelera se observó que la decoración para el Halloween ya empieza a ser instalada en varios fraccionamientos. Desde calabazas, calaveras, catrinas y personajes como Frankenstein, se aprecian en los jardines, y hasta fantasmas colgados en los accesos a los inmuebles.
En la Zona Hotelera, a la altura de Playa Langosta, en el kilómetro 5, se colocó un escenario, mezclando lo prehispánico, representado por canoas de madera, el cristianismo, con una cruz al centro y rodeada de un cementerio improvisado, así como textos con historias populares mexicanas, al pie de las Catrinas.
Con sillas colocadas en forma de cruces y catrinas, basadas en acontecimientos reales y que se han vuelto parte del folklore popular, se cuentan historias, como el caso de Juana Barraza, “la Mata Viejitas”, condenada a 759 años de prisión por el homicidio de 36 personas de la tercera edad; Gregorio Cárdenas Hernández, conocido como “el Estrangulador de Tacubaya”, así como la historia de “don Juan”, quien encontró el cadáver de una niña, que luego su espectro lo atormentó, hasta que colgó en un árbol una muñeca que recaló en el canal de Xochimilco, pensando que era de ella, llegando a acumular hasta mil 500 figuras, entre otras historias que se dejan al pie de las calaveras.
Villas Otoch Paraíso, conocida como “la favela de Cancún”, donde continuamente se bañan de sangre las calles con ejecutados, también cuenta ya con su Catrina.
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NR