Una de las culturas más importantes para México es la maya, pues es considerada una civilización muy inteligente y muy avanzada a otras en el mundo, además de los descubrimientos sobre sus pirámides, dioses y creadores del número cero, aún guardan muchos secretos que poco a poco son descubiertos para el conocimiento del mundo.
Hace millones de años la Península de Yucatán estaba cubierta por agua, pero tras la división y la formación de la misma, se crearon orificios en la tierra en donde se formaron grandes cavernas cubiertas de agua, cenotes y ríos subterráneos que recorrían toda la Península de Yucatán.
Los mayas, ya establecidos en la Península de Yucatán, tenían una cultura distinta y forma de ver la vida, muerte y constelaciones, además que consideraban en el Xibalbá, una forma de realidad paralela localizada en las profundidades de la superficie terrestre, como una división entre la vida y la muerte.
Para ellos, era un lugar habitado por entidades divinas que en su momento mitológico perdieron la batalla contra los gemelos divinos Hunab K´u e Xbalamqué; ahí radica Chak Xib Chaac (Dios de la Lluvia) y sus múltiples personalidades. Del fondo de la tierra emerge su hálito divino que al llegar al cielo forma las vitales nubes que nutrían al maíz y propiciaban la vida.
Los cenotes son portales al Xibalbá y los mayas ofrecían objetos, animales y seres humanos como ofrendas para propiciar la lluvia. Desde el año 350 a.c.
Chichén Itzá fue habitada por cuatro grupos o poblaciones mayas. Cada una de ellas dejó su sello arquitectónico y cerámico, también tuvieron diferentes usos y costumbres, pero una misma visión del Xibalbá en la que tanto la sangre como el sacrificio humano era necesario porque funcionaba como un vínculo con las entidades divinas que propiciaban la fertilidad, elemento sustancial de una sociedad agrícola.
Por lo que los mayas tenían asignados varios cenotes de forma especial para realizar sus sacrificios humanos, no solo matarlos y aventarlos al agua, muchos fueron sacrificios, estando vivos, además de tirar piedras de valor.
Por lo que regularmente en expediciones y limpiezas de cenotes aún encuentran huesos, cráneos y uno que otro objeto que era aventado como sacrificio.
Ahora cada que vayas a disfrutar uno de los cientos de cenotes que existen en la Península de Yucatán, sabrás que cada uno tiene una historia y que estarás nadando en miles de años de tradición e historia maya o simplemente nadando entre la división entre la vida y la muerte.
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RM