Las mujeres quintanarroenses han demostrado en todo momento, que lo imposible es posible, que con dedicación, esfuerzo y persistencia se pueden cumplir los sueños, pues pese a las dificultades, han logrado derribar esa barrera que por años les hicieron creer que lucía más grande y fuerte.
No se puede hablar de Quintana Roo, sin antes hablar de su historia maya y de las mujeres que participaron en la fundación del Estado peninsular, jóvenes que han tenido que luchar por mantener su cultura y a su vez desarrollarse en ámbitos educativos.
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Y es que en la Entidad, sólo el 20.1 por ciento de mujeres tienen la preparatoria, de las cuales, el 8 por ciento son de origen maya, esto de acuerdo con el estudio llamado “Estados con Lupa de Género”, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Martha Sharon Quintal Caamal, de José María Morelos, es una de ellas, en la actualidad estudia el sexto grado de educación media superior en el Telebachiller de su comunidad, San Felipe Primero. “Desde hace un año formo parte de “Mujeres Líderes en STEAM”, que es un programa de tutoría en áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas para mujeres Latinas”, detalló.
Aunque en su comunidad aún existen muchos prejuicios machistas, los cuales dictan que la mujer debe cumplir su ciclo en la localidad como ama de casa y madre de sus hijos, además de que no se deben de invertir recursos en sus estudios, Martha rompió esa norma y hoy forma parte de uno de los programas más importantes en América Latina.
Quintal Caamal ingresó a dicho programa en marzo de 2021, cuando cursaba el cuarto semestre del Telebachillerato y ahora que está a unos meses de terminar sus estudios de nivel medio superior, está más que convencida de que quiere estudiar biomedicina y con ello ayudar a su comunidad.
Las cifras del IMCO no son alentadoras para el Estado en el sector educativo, pues sólo 45.8 por ciento de las quintanarroenses son consideradas “mujeres preparadas” y el 31.6 por ciento tuvo cobertura de educación en la primera infancia.
Otro caso de éxito fue Dalia Lucía Osorio Chimal, Maestra en Psicología y Coordinadora del módulo de la Universidad Politécnica de Quintana Roo (Upqroo) en Kantunilkín, Lázaro Cárdenas, quien consideró: “qué mejor satisfacción que regresar a mi comunidad y aportar mis conocimientos, dedicación y trabajo en beneficio de los jóvenes, sobre todo de las mujeres que están luchado, todavía contra los prejuicios que llegan a tener los padres sobre brindarles oportunidades de estudios a sus hijas.
Sostiene que al terminar su educación media superior en el CBTA 186 de Kantunilkín se topó con un gran muro, pues fue realmente complejo acceder a oportunidades de educación en los años 2000. Primero porque en la ciudad no se contaba con universidades para continuar los estudios, segundo porque implicaba gastos como hospedaje, alimentación y tercero porque las oportunidades eran principalmente para los varones.
En la Upqroo, comenzó como docente, pero con su dedicación y preparación se ha colocado como la Coordinadora del módulo de Kantunilkín, donde lleva seis años laborando, pero todavía es algo difícil, porque en pleno 2022 se mantienen los prejuicios de algunos varones que no aceptan que una mujer esté en una posición de mayor nivel y sea su jefa.
En Cancún, Perla Aké, de 23 años, rompió con todos los paradigmas de su familia y se convirtió en la primera mujer en tener una carrera universitaria, pese a no contar con los recursos necesarios.
Egresada de la Anáhuac, Campus Cancún, con una beca del 100 por ciento gracias a sus buenas calificaciones, la joven quintanarroense confesó que en ningún momento dudó de que pudiera alcanzar sus sueños.
“Miro hacia atrás y veo que el camino fue difícil. Yo no tuve todo como algunos de mis compañeros, vivo en Tres Reyes, una colonia irregular. Todos los días tenía que trasladarme de un extremo de la ciudad al otro para asistir a la escuela. Mis padres están muy orgullosos de todo lo que he logrado”, dijo.
A nivel profesional, las mujeres del Estado están lejos de la paridad de género en cuanto a las pretensiones económicas, pues el 72.5 por ciento tiene desigualdad en trabajo no remunerado y hay 23.4 por ciento de quintanarroenses que quieren trabajar y no pueden.
Tal es el caso de Gabriela Medina Puerto, de Cozumel, quien ha recorrido una larga trayectoria de 32 años ininterrumpidos al servicio de la educación como promotora de actividades culturales dentro del Museo de la Isla.
Su larga y fructífera trayectoria le ha valido una serie de reconocimientos tras impartir más de 30 talleres a favor de la niñez y juventud cozumeleña como resultado de su entrega y dedicación. En los últimos años se ha dedicado a pintar bolsas artesanales, crear piñatas y artesanías de papel picado por el Día de Muertos. “En lo educativo y social, me siento muy honrada de contribuir con mi comunidad”, afirmó.
El informe reveló que el 9.8 por ciento de mujeres tienen una brecha salarial de género en sus trabajos; el 15.9 tiene una jornada laboral larga; el 46.5 de ellas trabajan en la informalidad; el 67.2 tiene un bajo ingreso y sólo el 60 por ciento tiene permisos de maternidad remunerados.
Otro ejemplo de perseverancia es el de Emma Gloria Aguilar Mac, quien realiza múltiples facetas laborales que, en su mayoría, son llevadas a cabo por el género masculino. Se desempeña como bombero, es voluntaria en la Cruz Roja desde los 17 años de edad, trabaja como taxista, es operadora de Cámaras Hiperbáricas y también se ha desenvuelto como despachadora del C5 (Centro de Coordinación, Control, Comando, Cómputo y Comunicación del Estado De Quintana Roo) por cinco años.
Fue hasta el 2017 cuando el entonces Director de Protección Civil le dio la oportunidad de darle de alta como bombero, pero sólo dos meses después cambiaron de administración en el municipio, situación que, de acuerdo con sus palabras, el Comandante de Bomberos aprovechó para hacerle el cambio en el C5, ya que: “él no sabe trabajar con mujeres, éramos dos mujeres como bombero, a una la dejó en la operación y atención radial y telefónica y yo estuve cinco años como despachadora en esa dependencia estatal. No sólo al Comandante no le gusta trabajar con mujeres, también hay compañeros bomberos que aún no aceptan tener a una entre sus filas desempeñando las mismas actividades.
En Quintana Roo, sólo el 24.3 por ciento de mujeres son emprendedoras formales, el 35.7 están al frente de instituciones estatales y el 25 por ciento son legisladoras.
Katty Rosado, Directora General de la Ciudad de la Alegría en Cancún, aseguró que nunca se imaginó los retos que enfrentaría al convertirse en una empresaria, pues confiesa que muchas veces sintió un tipo de desconfianza de los clientes por el simple hecho de ser del sexo femenino, sin embargo, esto no le impidió ser la mujer exitosa que hoy en día es.
“Te puedo decir que el ser empresaria y llevar una fundación no ha sido nada fácil. Los retos son muy grandes, porque sientes la desconfianza de que no lo podrás lograr. Siempre me ha gustado ayudar a los demás, a las mujeres que viven en vulnerabilidad, porque si no nos ayudamos entre nosotras, ¿quién?”, puntualizó.
La empresaria altruista asegura que el camino no es sencillo, que la presión no ha disminuido, pero las ganas de seguir adelante continúan más fuertes que nunca, que todas las barreras que te pone la sociedad, la familia y los colegas, se pueden atravesar.
“Hace muchos años la sociedad no tenía tan abierta la mente como ahora. El liderar lo que sea, como mujer, era algo muy poco visto y siempre te estaban viendo en todo momento, para ver en qué vas a fallar, qué hiciste mal. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y ahora hay más oportunidades”, finalizó.
Quien también rompe con los estereotipos es Yelmi Guadalupe Sánchez Pérez, la boxeadora playense que suena con el campeonato mundial.
Asegura que el camino no es fácil, pero se mantiene firme. A los 17 años y con sólo tres meses de entrenamiento, ganó una medalla de plata en los Juegos Nacionales Conade.
En 2020 debutó como profesional y tuvo que asumir una realidad: a las mujeres se les paga menos que a un hombre cuando se suben al ring y los patrocinadores no se consiguen fácilmente.
“Apuestan mucho por el futbol y por hombres, entonces cuando hablan de patrocinar a una mujer, se la piensan más. Creen que una mujer no puede.
Este 12 de marzo me voy a Tijuana a pelear a seis rounds, siguen dos peleas más y esperemos próximamente disputar un cinturón de la WBC o platino, hasta mi objetivo que es ser campeona mundial”, concluyó Yelmi.
Sin importar si es la estudiante, la empresaria, la trabajadora, la bombera, la madre de familia o ama de casa, cada una lucha y demuestra desde su trinchera que todo lo que se propongan es posible y que las mujeres nunca más serán ni calladas ni sumisas.
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CG