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Quintana Roo

Jóvenes de Playa del Carmen buscan destacarse como emprendedoras

Según datos de la OCDE, el 40 por ciento de los universitarios planea emprender su negocio propio después de graduarse
Debido a la pandemia, mucho jóvenes emprendieron su propio negocio para generar ingresos
Debido a la pandemia, mucho jóvenes emprendieron su propio negocio para generar ingresos / Yolanda Aldana

De acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), más del 40 por ciento de los universitarios planea tener su propio negocio cinco años después de graduarse, esto se refleja en casos como el de Mariana, que hace “pastelería” para perros y una pequeña comerciante que expende sus dulces provenientes de Puebla.

Mariana Segura, es una joven comerciante de 21 años de edad, que ya emprendió con su negocio de pastelería felina y canina, la cual mantiene ventas de aproximadamente el 70 por ciento.

“Qué mejor que darles amor, en cada mordida y postrecito que les haga bien”, dijo. 

La vendedora que además estudia, la carrera de Ingeniería Ambiental explicó que hace postres para perros a base de pollo y avena, para que no les caiga mal a los peludos, porque un can no puede comer lo mismo que el humano.

“Aunque la gente piensa que es azúcar, realmente está hecho de papa, entonces es muy bueno para los perritos”, dijo Mariana Segura.

Explicó que la idea de poner un negocio ya formal, nació porque necesitaba darle comida rica y buena a sus mascotas, con el paso del tiempo, tomó un curso de una nutriologa de perros, quien asesoró las dosis de alimentos que deben de llevar los alimentos para que no les haga mal a los perritos.

El final de la pandemia la impulsó a darse cuenta que es un negocio rentable, porque también sí la han contactado los extranjeros, porque es una población que gasta mucho en sus mascotas. 

“Vendo botanas a 25 pesitos, pásenle porque tenemos semillas de girasol con chile, de calabaza”, pregona la pequeña Valentina, quien con sus escasos seis años logró convencer a sus papás a que le ayudarán a montar un changarrito.

Su madre, Diana indicó que el producto de frituras naturales lo obtuvieron por un amigo, que trae los productos de Puebla, “ella quisiera salir de casa en casa a vender, pero yo no la dejo, pero bueno luego, pensé vamos a hacer realidad su deseo, porque a mí en realidad me da pena, yo le dije: ‘No grites’ y me dijo: ‘No, sí quiero gritar’”.

Con risas, la mamá de Valentina, dijo que está dedicada a vender casas, pero a su única hija tiene el ímpetu de generar su propio dinero, con el fin de poder pagar sus clases de música en una escuela privada en Selvamar.

“Está en dos mil pesos la colegiatura, no es caro, pero con el gasto de la escuela y el transporte nos sobrepasa, porque lo que mí hija también quiere es cantar, toma clases de piano y vocalización”, dijo.

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ASC

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