Miguel, un joven de apenas 23 años, se encuentra en proceso de rehabilitación en una clínica de Chetumal, luego introducirse en el mundo de las drogas desde los 15 años.
Recordó que aunque en un principio lo hacía por ser “popular” terminó en prisión por diferentes delitos. Ahí no recibió apoyó para su rehabilitación, por lo que salir continuó consumiendo estupefacientes hasta que su familia decidió internarlo.
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El joven contó que lleva tres meses en su proceso de recuperación y aunque asegura que ha sido difícil estar lejos de su familia y en ocasiones extraña su vida de antes, se ha dado cuenta de que estaba acabando con su vida.
“Mi familia me vio muy mal, hundido en las drogas, ya al nivel de estar buscando comida en la basura y fue que decidieron internarme, aun en contra de mi voluntad” explicó Miguel.
Recordó que en muchas ocasiones le robó incluso su propia familia para costear su vicio y aunque sus padres lo exhortaban a dejar las drogas, él se encontraba ya en un nivel muy avanzado de la enfermedad, que no le permitía entender que estaba acabando con su vida.
Explicó que en ese proceso, cometió diversos delitos para tener dinero y seguir consumiendo, desde realizar robos menores hasta asaltar a las personas en la calle, pues su necesidad por la sustancia era grande.
“Yo ya estaba tachado en la sociedad, me veían los policías y de inmediato me metían en las preventivas, porque ya sabían que yo estaba cometiendo algún delito” señaló el joven.
Reconoció que su deseo de encajar y ser popular en la sociedad lo impulsó al mundo de las drogas, pues veía que las personas mayores fumaban y decidió imitarlas; sin embargo, llegó al punto de adquirir una enfermedad de la que poco a poco está recuperándose en un centro de rehabilitación de Chetumal.
El Centro de Integración Juvenil publicó en 2018 un diagnóstico de consumo de drogas pero sólo para el área de Cancún. En éste se reveló que la edad de personas que han consumido algún enervante está entre los 12 a los 65 años de edad.
En ese mismo estudio se reveló que la población quintanarroense que ha consumido sustancias ilegales alguna vez en la vida supera la media nacional, que es de 9.9 por ciento; en la Entidad corresponde al 14.9 por ciento.
El documento explica también que el número de hombres que alguna vez en la vida probó cualquier droga es mayor que el de las mujeres, tanto a nivel estatal como nacional.
De acuerdo con el estudio, esto refiere al uso de una o más sustancias médicas fuera de prescripción o por más tiempo del indicado, así como el consumo de drogas ilegales.
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CG