A través de su socio y fundador, Miguel Quintana Pali, el 16 de octubre de 2018, bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, Grupo Xcaret obtuvo el Título de Autorización No. 3.41.18 de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (STC) para poder construir en Playa del Carmen el proyecto Sol de Selva, un embarcadero para recibir y servir a un máximo de 15 botes, el cual que integra un conjunto de instalaciones marítimas y terrestres.
Dicho documento oficial, a su vez permitió que la empresa de atracciones turísticas solicitara la autorización para ejecutar la obra a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), trámite que presentó el 2 de diciembre. De esta manera, a través del oficio SGPA/DGIRA/DG/06030, emitido por la autoridad ambiental a través de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), el grupo obtuvo la autorización para construir el embarcadero.
De acuerdo con el resumen ejecutivo, así como la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) realizados por el consorcio, la construcción de este muelle tendría al menos “un total de 15 impactos ambientales de naturaleza negativa” al Sistema Ambiental Regional (SAR), supuestamente a causa de las primeras etapas de construcción del embarcadero, como la preparación del terreno, así como el dragado del fondo marino, donde yacería una escollera de dos brazos.
Asimismo, la empresa advirtió a Semarnat que la construcción del muelle afectaría a por lo menos 15 especies silvestres; cinco de flora y siete de fauna, que se encuentran catalogadas en riesgo, amenaza o en peligro de extinción en la Norma Oficial MexicanaNOM-059-SEMARNAT-2010.
Además, en el resumen ejecutivo del proyecto del muelle, se mencionan más especies de plantas y animales que también podrían ser afectados, debido a que se encuentran esparcidas a lo largo de esta región.
Las únicas especies de animales terrestres catalogados como amenazados e identificados por la empresa, tanto en el resumen ejecutivo del proyecto como en la MIA son: boa constrictor, iguana negra o arrobo, culebra perico y el tejón, así como el mono araña y el vireo manglero, especies bajo protección especial.
Para que el proyecto del embarcadero recibiera la autorización de la Semarnat, la empresa afirmó que implementaría acciones para el “rescate y reubicación de fauna terrestre” en función del “Subprograma de Rescate y Reubicación de Fauna Terrestre, cuyo objetivo es mitigar el impacto negativo a la fauna del área terrestre de proyecto por las actividades de preparación y construcción, a través de actividades de ahuyentamiento, rescate y reubicación de las especies clasificadas como endémicas o incluidas en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010”.
En la MIA, especifican que ejecutarían dicho programa, “cuyo objetivo principal es el rescate y reubicación de fauna del área del proyecto que sea de lento desplazamiento (reptiles, crías de aves y mamíferos pequeños y medianos)”, mediante actividades de “ahuyentamiento”, así como “capacitación del personal para protección de fauna”.
Ahora bien, en cuanto a especies de fauna marina que podrían estar expuestas a las embarcaciones que arriben al muelle construido por Grupo Xcaret, y que incluso llegan a desovar a las costas de este sistema ambiental, fueron identificadas tres especies de tortugas marinas (quelonios), todas en categoría de peligro de extinción: Tortuga blanca o verde (Chelonia mydas), Tortuga caguama (Caretta caretta) y Tortuga carey (Eretmochelys imbricata)
Como parte de las medidas de prevención de riesgos de estos ejemplares que propuso la empresa están la implementación y ejecución del Subprograma de Protección de Tortugas Marinas. Ante ello, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat resolvió en el oficio SGPA/DGIRA/DG/06030 que la empresa daría aviso a las autoridades municipales encargadas del Programa de Tortugas en el Municipio de Solidaridad “para que se lleven a cabo las acciones pertinentes”.
Entre otras medidas previstas en la MIA, en caso de que se detectara circulación de tortugas o que estuvieran anidando cerca del sitio donde colocó el muelle, están en que la empresa avisaría a las autoridades para iniciar un protocolo de acuerdo con la NOM-161-SEMARNAT-2012.
La MIA del proyecto también refiere que existen “31 especies con alguna clase de riesgo”, de las cuales “14 fueron de elasmobranquios: ocho carcarínidos (tiburón, tintorera, cornudas, etc.), un rincodóntido (tiburón ballena), dos miliobátidos y dos rajiformes (pez guitarra y raya eléctrica)”.
Según el documento, el tiburón ballena se distribuye en las inmediaciones de la Isla Contoy y al Norte de la entidad, mientas que “entre los peces óseos se encuentran tres caballitos de mar, cinco especies de meros, dos cabrillas, un pez cochino, tres especies de atún (aleta azul, aleta amarilla y patudo) y el marlín azul (ver siguientes tablas). Cabe señalar que de este listado únicamente cinco especies se encuentran bajo alguna categoría de riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2010”.
Otras especies marinas catalogadas en riesgo e identificadas por el consorcio son los gusanos de mar (Armandia agilis, Levinsenia gracilis, Eusyllis sp, Spio pettiboneae, Amakusanthura signata Malacoceros vanderhostri, Ophelia denticulata), moluscos (Couldia cerina), estrella de mar (Amphiuridae) y la almeja frijol (Donax variabilis).
En ese sentido, para la etapa inicial de la construcción del proyecto, en la cual extrajeron piedras y arena del fondo del mar, la empresa habría tenido que rescatar y reubicar a la fauna bentónica, es decir aquellos organismos que se entierran en la arena, como las almejas, caracoles y berberechos, así como los que se adhieren a las rocas, como los mejillones, anémonas y balanos, o los que se desplazan sobre el fondo, como estrellas de mar, cangrejos y poliquetos, entre otros.
De acuerdo con la MIA, en las áreas donde se emplazaría la infraestructura del muelle se identificaron al menos 71 especies de macroinvertebrados bentónicos; “el grupo taxonómico que presentó más especies fue el de los poliquetos, con 47, seguido de los crustáceos, con 13, los moluscos con nueve y los equinodermos con dos especies”.
En ese contexto, Grupo Xcaret indicó que la fauna marina sería “capturada por redes o de forma manual y transportada dentro de contenedores herméticos de plástico, charolas y bolsas de flotación por debajo del agua, con la finalidad de que no sea vean afectada por el viento y la luz directa”. Además, los ejemplares habrían sido reubicados a otro sitio dentro de un radio de 100 metros a partir de los puntos donde habrían sido de capturados.
Y para dar cuenta de que rescataron y reubicaron a estos animales marinos, durante el proceso, personal ambiental debería haber registrado las coordenadas tomando fotografías del área de captura y haber llevado una bitácora. Y para evitar que los trabajadores cazaran, colectaran o dañaran la fauna durante su manejo, deberían haber tomado algún programa de educación ambiental.
Para el caso de la flora silvestre que se encontrara en el área donde se emplazó el proyecto de embarcadero “durante las actividades de preparación del terreno, las actividades de desmonte y despalme provocarán un impacto ambiental sobre el componente de flora, por lo que para mitigar y compensar la pérdida de la cobertura vegetal en el área terrestre [...] se propone el Programa de Manejo de Flora, cuyo objetivo principal será rescatar y reubicar la flora con importancia ecológica o de lento crecimiento; así como compensar el impacto a través de actividades de reforestación con especies nativas del área del proyecto y el SAR al final de la etapa de construcción”.
Según la empresa, las especies de flora identificadas en el área terrestre donde se construyó el muelle y que se encuentran listadas en la NOM-059-SEMARNAT-2010 son: Cedro rojo (Cedrela odorata), Flor de corazón (Talauma mexicana), Zopo (Guatteria anómala) y Palma chit (Thrinax radiata).
Para ello, la DGIRA consideró en el documento resolutivo que “para las especies de flora en categoría de riesgo y de importancia económica, serán sujetas a acciones de rescate y reubicación de acuerdo con el Subprograma de Rescate y Reubicación de Flora” mencionadas en la MIA “sujeta a evaluación y se implementará a fin de lograr un 80 por ciento de sobrevivencia en individuos de especies listadas en categorías de riesgo de la NOM-059-SEMARNAT-2010 en el resguardo temporal del vivero y reubicación después de los tres años de su establecimiento”.
Sobre la flora marina, la empresa aseguró que, supuestamente, “no se registró la presencia de pastos marinos en dichas zonas del proyecto, así como fuera de este”. A lo anterior, la DGIRA se limitó a suscribir lo que Grupo Xcaret indicó: “El proyecto no contempla la realización de actividades que alteren o remuevan pastos marinos, ni ningún tipo de vegetación marina, dado que las obras y actividades del proyecto en la zona marina se llevarán a cabo en zonas de arenales, sin presencia de pastos marinos y arrecifes”.
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CG