De acuerdo con un dictamen de impacto ambiental, realizado a tres predios de Calizas Industriales del Carmen, S.A. de C.V. (antes conocida como Calica, ahora Sac-Tun), la empresa realizó actividades de extracción de materiales pétreos y de agua en Playa del Carmen que afectaron el flujo hidrológico regional, lo cual también dañó la calidad del agua de la zona.
Asimismo, la Secretaría de Medio ambiente y Recurso Naturales (Semarnat) confirmó “la existencia de un sistema complejo de cenotes y ríos subterráneos, conectados hidrológicamente a través de conductos y un sistema de cavernas”, ubicados en los predios El Corchalito, La Rosita y La Adelita, en el municipio de Solidaridad, donde se localiza el complejo minero de Sac-Tun.
Dicho sistema tiene un flujo natural de aguas que, con cualquier alteración que ocurra aguas arriba de los terrenos de Calica en Playa del Carmen, afectará en el trayecto hacia aguas abajo, hasta desembocar cerca de la costa. A esta conclusión llegaron los expertos, luego de analizar la calidad del agua, tras los cambios geológicos de la zona donde operaba el complejo minero.
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Calica modificó flujo hidrológico en la región
“Los resultados en materia hídrico-ambiental aportan elementos para afirmar que las condiciones del flujo regional y de la calidad del agua del sistema de ríos subterráneos y cenotes que cruza El Corchalito y La Rosita ha sido alterada por la presencia de la mina de extracción de material pétreo”, apunta el dictamen de la Semarnat.
Por un lado, identificaron una pérdida en el nivel de agua en los cenotes cercanos a la costa, con respecto a los que se encuentran aguas arriba de las propiedades de Calica. Asimismo, hay indicios de una “interrupción del flujo regional subterráneo hacia la zona costera, como resultado de las grandes retenciones de agua al interior de la minera de Calica, verificada por la caída del nivel freático del acuífero en cenotes costeros”.
Vale poner en contexto que según las autoridades ambientales, la empresa construyó un estanque de agua que podría estar reteniendo un volumen hídrico superior al que le fue concesionado, mismo que podría ser alimentado desde los cuerpos de agua subterráneos que están conectados a dicha red.
No sólo eso; las autoridades señalan que las características físicas del líquido en los cenotes de la región presentan “agua con aparente contaminación y olor”; en el estudio fueron analizados cenotes cercanos a los predios de Calica en Playa del Carmen, lo que denominaron “zona de influencia”, además de otros cenotes un poco más alejados; o “zonas de referencia”.
De esta manera, los expertos encontraron indicios de “contaminación de origen no biodegradable” por “la elevada presencia de nitrógeno de nitritos y otros compuestos en los cenotes de la zona de influencia y ríos subterráneos costeros”, así como “la ausencia de estos [compuestos] en los cenotes de referencia fuera de la zona de influencia”.
“Los resultados muestran que existe una mayor contaminación de compuestos orgánicos en la zona de influencia con respecto a los cenotes ubicados fuera de ella; siendo los nitritos los valores más relevantes, mientras que los nitratos se comportan de manera opuesta, presentándose con mayor severidad fuera del área de estudio”, detalla el dictamen.
Aunque los resultados de las mediciones no son mayores a los límites recomendados por la Ley Federal de Derechos en los lineamientos de calidad del agua considerada para el uso de abastecimiento público urbano, sí hay indicios de afectaciones a la calidad del líquido, precisa el documento.
“El nitrógeno de nitritos indica contaminación reciente; está asociado a contaminación fecal que puede provenir de aguas residuales, excretas animales, actividad agrícola, ganadera y el uso de explosivos en actividades mineras”. Pero en la zona del estudio “no se identificó actividad agrícola o ganadera relevante, tampoco presencia de asentamientos humanos considerables”, por lo que este efecto se le atribuye a Sac-Tun.
Asociado a lo anterior, los valores elevados de demanda química de oxígeno (DQO) presentes en la zona de influencia, “indican un grado de contaminación de origen no biodegradable en comparación con los cenotes ubicados fuera de la zona de influencia, con valores casi nulos que indican la presencia de compuestos orgánicos que pueden ser biodegradados fácilmente con procesos biológicos”, contrasta el diagnóstico.
En cuanto a minerales como el fluoruro, “se presentó en mayor medida en la zona de influencia aguas abajo, en comparación con las concentraciones aguas arriba y los cenotes fuera de la zona de influencia”. Se explica que “el aumento en la concentración de este mineral podría deberse a procesos de intemperización física o de cambio de uso de suelo aguas arriba”. Cabe explicar que la intemperización física es la fragmentación de las rocas en pedazos pequeños.
Por lo anterior, “se puede afirmar de manera inequívoca que existen afectaciones a la calidad del agua que son directamente atribuibles a la actividad minera, puesto que en la zona no hay registro de actividad agrícola o ganadera relevante, ni la presencia de asentamientos humanos considerables que pudieran ser la fuente principal de estos compuestos”, sostiene el estudio de impacto ambiental.
Actividad minera sin supervisión
Incluso, los expertos identificaron un patrón de comportamiento en el flujo de los minerales analizados, los cuales presentaron valores elevados aguas abajo de la zona de influencia; “este comportamiento se infiere que se deriva de un proceso de intemperismo físico o mecánico, propio de la actividad minera aguas arriba”; es decir, desde donde opera el complejo minero, atribuye el dictamen.
Estos cambios en la hidrología y los flujos regionales “han generado subsidencia, grietas y depresiones a lo largo de la carretera 307”, la cual tiene acceso frente al complejo de Calica. “Estos fenómenos en zonas kársticas pueden producir socavones”, advierte el documento.
En ese sentido, el dictamen indica no soslayar que en el nivel freático intervienen procesos que alteran el balance del agua subterránea, establecidos en el acuífero. Explica que retirar el epikarts, o losa superior del suelo cárstico, “expone el nivel freático, iniciándose un proceso de evaporación (ya que el nivel se encuentra de forma superficial), que extrae agua del sistema subterráneo que, en condiciones naturales, no existía”. Además, “otra consecuencia de descubrir el nivel freático es la exposición directa de fuentes contaminantes de origen natural o industrial”.
El estudio detalla que la extracción del material pétreo o caliza debe ser un proceso controlado y sin afectar el flujo hidrológico subterráneo; “por lo que se requiere establecer una red de medición del nivel freático en la zona, que deberá ser verificada y reportada cuando menos dos veces al año (estiaje y época de lluvias)”, para evitar que afecte la cantidad y calidad del agua del acuífero.
Continuará...
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CG