Quintana Roo

Punta Allen, una de las comunidades de Quintana Roo que no puede crecer

La comunidad de Punta Allen con cerca de 700 habitantes no puede crecer por encontrarse dentro de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an en Tulum
La imagen del lugar ha cambiado poco en varias décadas; únicamente se han diversificado las actividades económicas, como la apertura de restaurantes / Por Esto!

La comunidad de Punta Allen o Javier Rojo Gómez, del municipio de Tulum, es una de las pocas localidades de Quintana Roo que no puede crecer, por encontrarse dentro de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an. El sitio se conserva casi igual desde hace varias décadas.

El delegado Carlos Cauich aseguró que en esta población hay alrededor de 700 habitantes y tiene un límite de crecimiento, aunque algunas personas han trabajado para diversificar sus opciones de sustento, principalmente para captar a los visitantes que llegan por la vía marítima, principalmente, o por el camino de terracería que los separa aproximadamente 40 kilómetros de la cabecera municipal.

Noticia destacada

Cancún: Basura, grafitis y maleantes invaden el antiguo Hospital General

Noticia destacada

Aumenta el costo del pollo y el huevo en Cancún

Esta comunidad se ha distinguido por la captura de langosta, dijo el entrevistado; sin embargo, los pescadores llevan varias semanas sin laborar, debido a las malas condiciones climáticas, por lo que ahora el turismo es el principal sostén de muchas familias.

Noticia destacada

Cancún: Aseguran La Mansión Venus por presunta trata de personas

Noticia destacada

Investigan caso de joven herido de bala en la Región 65 en Cancún

“Hay trabajo para la gente que está en turismo, de ahí sale el dinero, es la fuente; porque la verdad no hemos salido a buscar langosta desde hace un mes”, explicó.

En Punta Allen hay alrededor de 200 embarcaciones, 84 de ellas pertenecen a langosteros y el resto se usa para las actividades turísticas, sobre todo el paseo para avistamiento de delfines y tortugas, y nado en zonas arrecifales.

Fernando Salinas, habitante de la comunidad, señaló que los tours que ofrecen permiten a los turistas a apreciar el ecosistema y procurar su cuidado y conservación.

Sin embargo, reconoció que deben hacer labores de vigilancia contra la piratería; es decir, la pesca ilegal, porque quienes incurren en esta práctica suelen dejar sus redes y palangres, donde quedan atrapadas otras especies, incluyendo la tortuga.

“Hay quienes vienen a pescar aquí, pero vigilamos y alertamos cuando vemos lanchas que no proceden de la comunidad”, refirió.

“El puente de Boca Paila es un problema que hemos tenido desde hace varios años, pues nos perjudica que vengan a pescar”, agregó.

En lo que al turismo se refiere, la comunidad recibe en temporada alta de entre 50 y 80 visitantes, pero el resto del año suelen llegar únicamente 10 o 12, aunque para los propietarios de los restaurantes significan una ganancia.

Platillos como la langosta, el pescado y el ceviche son los más demandados, aunque no faltan quienes piden carnes rojas.

La mayoría de los turistas solo van de paso, porque por las noches la población se queda sin energía eléctrica, y únicamente tienen luz aquellos que ya cuentan con un panel solar.

Finalmente, los entrevistados destacaron que la vida en Punta Allen se reduce a la pesca de langosta y al turismo, y se trata de una comunidad muy apacible en donde difícilmente se comenten delitos y los dos únicos policías asignados únicamente se encuentran en la oficina de la delegación por temas administrativos, más que para hacer cumplir la ley.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

NR