Jazmín Rojas, propietaria del restaurante“La Choza del Huinic”, ha expresado su preocupación por el panorama incierto de la venta de mucbipollos, un platillo tradicional en estas fechas. A pesar de que han comenzado a ofrecerlos por encargo, la demanda es limitada para el miércoles y jueves, días en los que se celebra a los Fieles Difuntos. Esta situación podría estar relacionada con las dificultades económicas que enfrentan muchas familias en la región.
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El restaurante, que ha sido un pilar en la comunidad durante más de cuatro décadas, continúa la tradición familiar de preparar y vender este platillo. Anteriormente, el centro de consumo era el único lugar que ofrecía mucbipollos, ya que era más común que las familias los elaboraran en casa para eventos familiares. Sin embargo, la demanda ha disminuido en los últimos años debido a que cada vez más familias optan por comprarlos en lugar de hacerlos por falta de tiempo o espacio.
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En este año, la demanda ha sido particularmente baja, con solo alrededor de 10 encargos hasta el momento. Los mucbipollos se venden a un costo de 500 pesos y están disponibles en un tamaño mediano a grande. Estos platillos tradicionales se elaboran con carne de puerco, pollo, huevo y espelón siguiendo las recetas tradicionales.
Jazmín Rojas ha recordado que antes de la pandemia, en años como 2019, solían vender entre 50 y 60 mucbipollos de diferentes tamaños para estas festividades, pero la demanda se ha reducido considerablemente desde el inicio del confinamiento. Las familias aún se están recuperando económicamente, lo que ha impactado en la demanda de productos tradicionales como los mucbipollos.
A pesar de las dificultades, el restaurante ha decidido mantener viva la tradición familiar de ofrecer estos platillos para los festejos del 1 y 2 de noviembre, pero solo estarán disponibles mediante encargo. El restaurante es ampliamente reconocido por su ubicación, ya que es el único lugar establecido en la zona que sigue elaborando mucbipollos en estas fechas.
Jazmín Rojas también ha señalado que el comercio informal en la zona representa una competencia desleal. Los comerciantes informales no cumplen con sus obligaciones fiscales, ofrecen productos a precios por debajo del promedio y se quedan con todas las ganancias, lo que perjudica a los establecimientos establecidos que cumplen con todas las regulaciones fiscales. La situación se vuelve más complicada cuando los consumidores optan por lo económico sin considerar la legalidad de la operación. La competencia justa es esencial para el sostenimiento de los negocios locales.
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