Ángel Arturo García Torres tiene 23 años y es originario de Veracruz. Llegó a Cancún hace seis años. Primero llegaron sus hermanos, más tarde los alcanzó su mamá y finalmente llegó él, para no quedarse solo. Hoy trabaja en el área de Mantenimiento y Limpieza de Áreas Verdes, en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), en la Terminal 2, labor que dijo disfrutar mucho.
Comentó que tenía otra imagen de Cancún; lo que encontró no fue lo que esperaba.
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Tiene aproximadamente año y medio trabajando en el aeropuerto, iniciando en el servicio de taxis y ahora en lo que se refiere a la limpieza y el mantenimiento de las áreas verdes y ajardinadas de la Terminal 2 (poda de pasto y árboles). Tiene un horario de 6:00 a 14:00 horas, labor de un solo turno y 20 empleados. Descansa los domingos y sus gastos diarios para ir y regresar al aeródromo desde su casa, es de 150 pesos.
Recordó que cuando llegó a Cancún fue precisamente en la Terminal 2, después de no ver a su familia durante dos años. Dijo que ser recibido por sus parientes fue un día muy feliz para él. Reconoció que lo marcó positivamente, porque jamás imaginó que trabajaría ahí, y esa imagen es algo que ahora ve todos los días, cuando las familias se despiden o reciben a sus seres queridos, más aún en estas fechas decembrinas, por lo que es algo que lo llena de nostalgia, pero al mismo tiempo recuerda con mucho agrado la primera vez que pisó Cancún, en esta Terminal.
Aseguró que le gusta su trabajo y lo ha disfrutado desde que llegó, porque se ve de todo y conoce a mucha gente, pero reconoció que en unos 10 años se ve en su natal Xalapa, Veracruz, porque los recuerdos de su niñez y porque evidentemente le gusta más su ciudad.
“Estéticamente Cancún es bonito, pero sólo la zona turística, porque la urbana está muy descuidada, con mucha basura. La gente no tiene cultura de la limpieza, de poner la basura en un solo lugar, donde ven un espacio la tiran y eso es malo para la imagen de Cancún. Si vamos a hablar de Cancún, no solo son sus playas bonitas o las vistas hermosas, también hay que hablar de sus colonias, de sus regiones, que dejan mucho que desear”, expresó.
Ángel Arturo concluyó sus estudios de preparatoria, pero ya no continuó porque se vino a Cancún y debía trabajar. Pretendía estudiar música y no encontró una escuela en ese momento.
Esta es, a grandes rasgos, la historia en Cancún del joven veracruzano, quien ni con la pertinaz lluvia que cayó el jueves, dejó de realizar su labor en el AIC.
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AT