Con los “baches abiertos” recibe Cancún al turismo carretero que llega en esta temporada vacacional decembrina en la entrada proveniente de la localidad de Leona Vicario o la autopista a Mérida. Cientos de unidades tienen que sortear enormes hoyos, convirtiéndose en una vía de alto riesgo.
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Años antes que la zona fuese elegida para albergar al primer Centro Turístico Integralmente Planeado, en junio de 1952, el Gobierno Federal destinó 40 millones de pesos para construir el tramo Valladolid-Puerto Juárez de la carretera Mérida–Puerto Juárez, que hoy es el eje del circuito carretero en la Península de Yucatán, por el despegue económico de la región, derivado del “boom” turístico de Cancún en los años 70.
Diez años tardó la construcción del tramo de 120 kilómetros, por donde llegaron los pobladores del primer asentamiento costero, en Puerto Juárez, entonces subdelegación de Isla Mujeres, que tenía apenas 117 habitantes, y por donde hoy llegan turistas, alimentos, insumos y suministros para el principal destino turístico de México y América Latina.
Desde el año 2011 no se ha dado el adecuado mantenimiento a la vía, por donde circulan miles de vehículos, con turismo nacional e internacional, que lo primero que ven es una entrada a la ciudad con una zona que parece bombardeada por la gran cantidad de baches y parches en la carretera.
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HS