El arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer ofreció este día una conferencia en la que dio a conocer los detalles acerca del hallazgo realizado hace dos años, de vestigios en las inmediaciones de la costa de Mahahual; el primero que se descubre en la zona y que da luz a las investigaciones relacionadas con la Cultura Maya y su desarrollo en el Sur de Quintana Roo.
La conferencia de prensa versó sobre el hallazgo realizado en abril del 2020 por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes descubrieron un asentamiento prehispánico que dataría del periodo Posclásico maya (1200-1546 d.C.), el cual representa el primero de esa temporalidad detectado en esta localidad de la Costa Oriental de la Península de Yucatán.
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El pueblo fue nombrado como Mahahual y tiene como particularidad la cercanía notable con la costa caribeña, de allí que aunado al hecho que todas las estructuras localizadas hasta el momento son de carácter habitacional o de abastecimiento de agua, por lo que se teoriza que la vocación fundamental de quienes lo habitaron fue la pesca y la agricultura.
Cortés de Brasdefer aseguró que “el asentamiento tiene hasta ahora la forma de una red heterogénea en el plano, es decir, la conformación de su entretejido la constituyen predios familiares que daban origen a un extenso pueblo altamente organizado”.
Los habitantes de ese predio inicialmente habían creído que se trataba de alguna “albarrada antigua” pero al iniciar la proyección de un desarrollo turístico en la zona, los dueños pidieron una revisión del INAH, lo que permitió ubicar 80 estructuras, entre las que se encuentran vestigios habitacionales, en su mayoría, “aguadas”, recipientes artificiales para colectar el vital líquido; y “sartenejas”, pozos naturales que eran perforados en sus fondos para llegar hasta el nivel freático.
La región en la que se ubica el sitio arqueológico también alberga cenotes, cuevas y grutas; así como diversos elementos que con el paso del tiempo se han depositado en ella, por ejemplo, restos de una caldera metálica, la cual se calcula data de la época Porfiriana.
Otra particularidad de Mahahual es que en la referida primera etapa de recorridos superficiales no se localizaron objetos adicionales como restos cerámicos, de piedra (líticos) o elementos óseos. Aquello podría explicarse aduciendo a que el sitio fue ocupado durante un tiempo generacional relativamente breve, en el Posclásico.
Por ahora, los investigadores del Centro INAH Quintana Roo continúan con la investigación en gabinete, y el desarrollo de los informes que serán entregados al Consejo de Arqueología del Instituto.
“Sabemos poco de la forma de vida de quienes habitaron esta región; sin embargo, esta prospección nos revela que podrían haber sido agricultores que complementaban su dieta con la pesca. Además, su acceso directo al mar les habría dado ventajas para intercambiar productos comerciales con otros pueblos costeros y de tierra adentro”, finalizó el arqueólogo.
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JG