Quintana Roo

Don Medina Turriza, de 69 años de edad, con sus masajes y aceite mitiga malestares físicos a sus pacientes

Caídas, torceduras, malas posturas, dolor de columna, entre otras afectaciones, son los problemas que presentan las personas que acuden al domicilio de don Medina Turriza, de 69 años de edad, en la cabecera municipal de Lázaro Cárdenas, buscando alivio a su malestar. Este se los proporciona a través de masajes que realiza con sus propias manos en la zona afectada.

Él es uno de los pocos sobadores que hay en la cabecera municipal y ha adquirido conocimientos de forma empírica a lo largo de casi tres décadas de trabajo. Atiende problemas como luxaciones, fracturas, dolor en las articulaciones, esguinces, torceduras, así como ajustes y correcciones de ciertas malformaciones, mediante masajes en la parte afectada o inflamada.

Medina Turriza es originario de Pocoboch, Yucatán, pero lleva muchos años radicando en Kantunilkín, donde realiza estas labores en su domicilio ubicado en la avenida Javier Rojo Gómez de la colonia Xaman Kah. Para recibir sus servicios es necesario hacer una cita, ya que por las mañanas acude a su trabajo de campo.

Su labor consiste en solucionar problemas de desalineación de órganos mediante técnicas y conocimientos tradicionales que generalmente se transmiten de generación en generación. En su caso, ha adquirido estos conocimientos de forma empírica, sin haber estudiado temas relacionados con el cuerpo humano.

El sobador se especializa en atender problemas de luxaciones, fracturas, dolor en las articulaciones, esguinces, torceduras, así como ajustes y correcciones de ciertas malformaciones, mediante masajes en la parte afectada o inflamada, causadas por caídas, torceduras, malas posturas e incluso estrés laboral.

Para llevar a cabo su labor, "Don Mulish", como se le conoce coloquialmente, utiliza aceites animales y vegetales, bálsamos y pomadas que él mismo prepara o adquiere en la misma cabecera municipal. Estos productos le proporcionan alivio a los pacientes que acuden con dolor en busca de un remedio para su padecimiento.

Atiende a partir de la una de la tarde, cuando regresa de su milpa, o bien en los horarios agendados por los pacientes. Los domingos durante todo el día, hasta donde sus fuerzas se lo permiten, ya que suelen llegar más de seis personas en busca de alivio.

Sus pacientes son principalmente jóvenes que practican deportes como voleibol, basquetbol, futbol o beisbol, y que sufren de torceduras o golpes, así como personas mayores que, debido a su trabajo o caídas, padecen diversas dolencias y acuden a su domicilio en busca de ayuda y alivio.

A lo largo de más de 25 años de trabajo, ha atendido problemas de luxaciones, esguinces, torceduras, dolor de columna, lesiones por caídas y problemas de estrés en personas tanto de la cabecera municipal como de comunidades cercanas. También ha recibido pacientes de Cozumel, Cancún y otras ciudades, e incluso ha atendido a extranjeros que han sufrido algún accidente durante su paso por la ciudad y se detienen para recibir atención.

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NR