Las principales líneas de investigación por cada persona que perdió la vida a manos de la delincuencia organizada en Quintana Roo fueron ajustes de cuentas y extorsiones. La cifra del año 2022 se vio superada en un 31.14 por ciento y además de las víctimas vinculadas con el narcotráfico, hubo otras que simplemente se encontraron en el lugar y momento equivocados, incluyendo menores de edad.
En total, 805 personas perdieron la vida a manos de integrantes de grupos delictivos. Los dos últimos homicidios ocurrieron en Puerto Morelos, donde se superó la cifra del año anterior. Cancún fue identificado como el “foco rojo” de la Entidad, al registrar 514 casos.
Los escenarios de estos crímenes abarcaron comercios, vehículos (incluyendo del transporte público), patios de viviendas, parques, sepulcros clandestinos, la plancha de un hospital, cisternas, arenales y hasta una transitada avenida. Estos lugares fueron testigos de la violencia desatada por grupos criminales que a lo largo del año lucharon ferozmente por el control de la llamada “plaza”.
A pesar de los esfuerzos para reforzar la vigilancia durante la temporada vacacional, el pasado mes de abril fue particularmente letal, con 96 ejecuciones, incluyendo cuatro en la Zona Hotelera de Cancún, principal destino turístico del país.
Del total de las víctimas, 21 eran menores de 17 años, 55 mujeres, 14 trabajadores del volante (entre taxistas y mototaxistas) y seis custodios del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, algunos presuntamente vinculados con el crimen organizado o solo utilizados para intimidar a las autoridades.
En la cacería de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SCC) hubo una víctima colateral. Según las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), el 2 de diciembre, a unos metros del penal, un hombre que trabajaba como jardinero fue confundido con un custodio y murió acribillado. El último caso registrado fue el de una mujer celadora que, al llegar a laborar el 15 del mismo mes, fue interceptada y asesinada por sicarios.
Según fuentes ministeriales, la mayoría de los menores estaban vinculados con la delincuencia organizada. Sin embargo, se destaca un caso particular en el que un adolescente de 15 años, con aspiraciones de salir adelante de manera honrada en una colonia irregular de Cancún, fue víctima de extorsionadores. Estos individuos se presentaron en su precario taller de reparación de motocicletas, exigiéndole un pago de derecho de piso, bajo amenaza de quitarle la vida.
Inicialmente, el joven, temeroso, cerró su establecimiento, pero su inocencia y deseo de superación lo llevaron a reabrirlo pocos meses después. Tenía la esperanza de que los delincuentes lo olvidaran, permitiéndole continuar con su modesto negocio que le generaba alrededor de 300 pesos diarios, principalmente por las reparaciones de ponchaduras de llantas de mototaxis. Sin embargo, no fue así. En la primera semana, de manera vil, fue ejecutado minutos antes de cerrar su negocio al final de su jornada laboral. Hasta la fecha, los responsables no han sido detenidos. Este caso refleja una trágica realidad en la que adolescentes pierden la vida debido al pago de “derecho de piso”.
Mujeres
Entre las 55 mujeres víctimas, se destaca el caso de una que viajaba como pasajera en un taxi del Sindicato “Andrés Quintana Roo”. Según las investigaciones realizadas en su momento, el blanco de los atacantes era el conductor del vehículo, quien resultó gravemente herido y fue trasladado a un hospital, donde finalmente falleció.
El año 2023 inició con cifras históricas de violencia desde sus primeros minutos, culminando en el municipio de Puerto Morelos con el macabro hallazgo de dos cuerpos embolsados y decapitados. Aunque las cabezas fueron localizadas primero, las bolsas con el resto de los cadáveres fueron descubiertas horas después. Las autoridades locales, en ese momento, optaron por no emitir declaraciones sobre estos perturbadores homicidios.
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HS