Restauranteros y amas de casa están vertiendo las grasas vegetales al drenaje que está conectado al sistema de alcantarillado, originando el desbordamiento de aguas negras, señaló Manuel Gurigutia Barrientos, gerente de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) en la isla.
Resaltó que, aunque los restauranteros o comercios cuentan con trampas de grasas, no tienen la cultura del mantenimiento, provocando que se formen masas con bacterias, por lo que es necesaria una inspección para detectar estas irregularidades en los negocios.
Gurigutia Barrientos comentó que el desbordamiento de aguas negras se debe a que restauranteros y los propios vecinos tienen conectado el drenaje pluvial al sistema de alcantarillado, y si a esto se suma que en algunas partes son zonas bajas, donde cuando llueve se generan encharcamientos, la situación se complica, por lo que la mayor parte de los reportes que atienden son producto de la irresponsabilidad de los restauranteros, al no darles mantenimiento a sus descargas de grasas.
Aseguró que las brigadas acuden y tratan de arreglar la mayor parte de los reportes con varillas o las desinfecciones con pastillas de cloro, pero no siempre se pueden, ya que cuando el rebosamiento es muy severo tienen que recurrir al camión vactor.
Dijo que, aunque hay restaurantes o comercios pequeños, cuentan con trampas de grasas, pero no siempre hacen uso correcto de ellas o no les dan mantenimiento.
Indicó que las trampas de grasa requieren mantenimiento, por lo que dejan de funcionar como tal, tapando el drenaje por las masas pestilentes que se forman con bacterias y virus.
Comentó que no es que las grasas lleguen directo al subsuelo, sino que es cuando rebosan de las alcantarillas, cuando se convierte en un problema ambiental.
Señaló la importancia de no tirar las grasas a sus rejillas y mejor separarlas para llevarlas al Centro de Materiales Reciclables (Camar).
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HS