Quintana Roo

Redes sociales, factor de abusos a menores y embarazos adolescentes en Quintana Roo

De 50 futuras madres que llegan a la asociación Vida y Familia Cancún, 15 tienen entre 11 y 17 años.
El supuesto novio resulta ser un adulto que, bajo múltiples engaños, se acerca a las adolescentes para agredirlas / POR ESTO!

Padres ausentes, malos hábitos y ahora las redes sociales, juegan un papel importante en las adolescentes que se convierten en madres.

De acuerdo con la asociación civil Vida y Familia Cancún (Vifac), menores desde los 11 años se embarazan al iniciar noviazgos con hombres a quienes conocen a través de Internet y se aprovechan de su vulnerabilidad, sin descartar que en la zona maya aún existe este tipo de usos y costumbres, muy arraigados, donde se normaliza el abuso de familiares hacia las pequeñas. Al mes, de las 50 mujeres que atendieron en 2024, 15 eran jovencitas de entre 11 y 17 años en estado de gestación. Playa del Carmen encabezaba la lista con mil 58, según cifras del Sector Salud.

De acuerdo con especialista, el incremento de estos delitos en Cancún se deben, en parte, a que es un destino turístico donde convergen personas de varios estados

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“Yo no sé quién es el padre de mi hija. No supe si fue mi tío, mi primo o mi hermano, el que me embarazó”, comentó Claudia, quien durante su infancia fue víctima de abusos dentro de su núcleo familiar y le hicieron creer que ese tipo de prácticas eran normales o que se trataban de un juego. A los 13 años fue madre por primera vez. Actualmente vive en Cancún y protege a sus dos hijas, como le hubiera gustado que sucediera con ella.

Claudia no cayó en manos de abusadores que la contactaron a través de redes sociales, como ocurre en la actualidad, pero reconoce que le hubiera gustado tener las mismas oportunidades que ahora tienen los menores y adolescentes para vivir una niñez sana, pues como cualquier ser humano, era su derecho a crecer sin cicatrices.

En Solidaridad, durante el 2024, mil 58 jóvenes, de entre 14 y 19 años, fueron madres; 281 eran primerizas / POR ESTO!

A lo largo de los años, las autoridades han dado a conocer que uno de los principales factores para que la población más joven crezca en un entorno complicado es la ausencia de los padres, quienes se ven obligados a ser, ambos, los proveedores del hogar y trabajan largas jornadas, dejando una casa al cuidado de un menor o adolescente.

El Vifac ha detectado que aunado a esta falta de figuras paternas, se suma el contenido que los menores pueden encontrar en Internet, lo que ha derivado en relaciones abusivas donde el supuesto novio es un adulto que, bajo engaños, se acerca a las adolescentes, enamora y embaraza.

En Solidaridad, durante el 2024, mil 58 adolescentes, de entre 14 y 19 años, fueron madres; 281 de ellas eran primerizas, el resto, subsecuentes. Vifac ha detectado que están aumentando los casos de embarazo infantil, pues les llegado niñas de 10 años en estado de gestación.

Claudia fue violentada dentro de su núcleo familiar; a los 13 años fue madre por primera vez / POR ESTO!

Historia de una joven madre

Claudia es una progenitora de dos jóvenes. Ella es nativa de la zona maya, y durante sus primeros 14 años de vida creyó que crecía como cualquier niña. Ahora que es adulta, sabe que fue objeto de abusos, cuyos agresores dormían bajo el mismo techo y actuaban solapados por otros familiares. De acuerdo con Vifac, en Felipe Carillo Puerto existe mucha marginación, donde los usos y costumbres de este tipo de prácticas está muy determinado.

“Yo no podía pensar que me estaban haciendo daño. Todo empezó como un juego con mi primo, y después se unieron mi tío y mi hermano; yo tenía 10 años. Recuerdo que en ocasiones, mi abuela me mandaba supuestamente a cuidar a su hijo enfermo y ahí pasaba este supuesto juego. Ahora pienso que todos lo sabían, pues tampoco sucedió nada cuando salí embarazada. Era como que ya lo esperaban”, comentó Claudia.

Sus padres no pusieron un alto, pues al parecer, todo era un secreto a voces. Piensa que su madre, al igual que el resto de las mujeres que conforman su familia, también fueron víctimas de este tipo de abusos que los hombres ejercían sobre ellas. La pequeña niña nunca pensó en pedir ayuda, ya que no sabía que estaba siendo violentada. Sólo recuerda sentir temor, todo el tiempo, cuando un hombre se le acercaba.

Claudia recordó que su embarazo, a los 13 años, le sirvió para alejarse de esos “juegos” que, por miedo o ignorancia, siempre permitió. Cuando todavía no se le notaba el estómago, la mandaron a vivir con una tía a Cancún; no sabe si para ocultarla o porque otra pequeña en su familia iba a ser el nuevo “juguete”. Estando lejos de la tierra que la vio nacer, llegó a pensar en acabar con su existencia.

Han llegado a atender casos de niñas de 15 años con esposos de 40 / POR ESTO!

Traumatismo

Le contó su historia a gente que comenzó a conocer, pues la cuestionaban sobre su embarazo. Esas personas, sin tener tacto, le hicieron ver que había sido víctima de agresiones sexuales y que su hijo podía nacer deforme.

Recordó que las primeras veces que sintió al bebé moverse dentro de su vientre, se golpeó en el estómago. Aquellas palabras de sus apenas conocidos, la marcaron e hicieron sentir culpable, porque lo que había dentro de su cuerpo “era algo malo”.

Claudia pensaba en cómo acabar con su existencia. No podía creer que su propia familia le hubiera hecho tanto daño. Para ella dejó de existir el amor de hermanos, al menos el que le enseñaron a base de “juegos”. Sin embargo, dentro de todo lo malo que sufrió a tan corta edad, reinaba su inocencia y no supo cómo atentar contra su vida.Todo su pesar de los últimos meses de embarazo, se fueron para siempre cuando escuchó el llanto de su sano bebé. “Era la niña más bonita. Estaba bien cachetona y lloraba con muchas fuerzas. Creo que me gritaba ‘mamá’, y eso me hizo sentir muchas ganas de vivir para cuidarla. Sé que ella sanó mi corazón”, recordó Claudia.

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Ese día no sólo nació una hermosa bebé, sino también un instinto sobreprotector. Decidió que no la arriesgaría a las costumbres de su familia y se quedó a vivir en Cancún. Los años pasaron y conoció a su pareja con quien tuvo otra niña. Ambas crecieron bajo el cuidado de mamá, pues si le a ella le pasó eso dentro de su hogar, lejos de casa están expuestas a todo.

Admitió que sabe poco de su familia, ya que después de nacida su bebé no quiso tener más contacto con ellos, y así como hubo gente que con las palabras no adecuadas la hicieron sentir culpable, otras la cobijaron junto con su hija. “No todas las personas en mi vida fueron malas, me encontré con muchos ángeles en mi camino. Soy una persona muy bendecida”, finalizó.

Internet, herramienta para enganchar a menores

Aunque Claudia fue una madre a temprana edad por los malos hábitos en su núcleo familiar, actualmente las relaciones sexuales de adultos con menores existen de manera clandestina debido al contenido de sitios de Internet a los que las niñas y adolescentes tienen fácil acceso.

Asegura el Vifac que muchas de las menores embarazadas chatearon e intercambiaron fotos y otro tipo de información con adultos que se hicieron pasar por adolescentes. Es así como han atendido casos de niñas de 15 años con esposos de 40, sin darse cuenta que en realidad son víctimas de abusos y no están dentro de una relación sana.

La mayoría de las veces, las menores siguiendo los pasos de su madre joven y terminan embarazadas en la adolescencia, por lo cual, no existen consecuencias por parte de sus padres, quienes sirvieron de ejemplo y lo normalizan.

Uno de los principales factores para que la población más joven crezca en un entorno complicado es la ausencia de los padres / Jazmín Rodríguez

El Vifac abrió en la zona maya un centro para la atención a jóvenes y mujeres embarazadas en situación complicada y próximamente inaugurará otro en Playa del Carmen, los que se sumarán a los existentes en distintos puntos de Quintana Roo.

La finalidad es informar a las menores sobre las relaciones sanas y los riesgos que existen al ser gestantes a temprana edad, ya que han detectado casos como el de Claudia y otros, en donde las pequeñas, al no saber leer ni escribir, no registran a los bebés, mismos que crecen sin identidad.