Quintana Roo / Chetumal

Los habitantes de las comunidades de la Ribera del Río Hondo reportaron la inacción de las autoridades correspondientes para remover los escombros que se encuentran en la carretera.

Durante el fin de semana se registró un deslave sobre la carretera hacia la comunidad de Álvaro Obregón, en la zona cañera del municipio de Othón P. Blanco, por lo que la Comisión Nacional de Emergencia colocó señalamiento en el lugar para alertar a los automovilistas, sin embargo, lo que se requiere es que se retiren los escombros para evitar accidentes.

Lo anterior, derivado a las fuertes lluvias registradas en la zona sur del estado, después de lo que se reportó la caída de lodo y rocas en el tramo que va de Ucum hacia La Unión, entre las que cayó una de aproximadamente dos metros de altura y varias toneladas de peso, según estiman los testigos.

Ante ello, los pobladores que habitan cerca del lugar se acercaron para poner avisos que alerten a los conductores que transitan por la zona para que estén prevenidos de lo que encontrarán en su camino y tomen sus precauciones.

Este deslave es uno de los que ocurren cada cierto tiempo en ese mismo tramo a causa de lo erosionado que se encuentra el cerro, lo que implica que los escombros caigan con facilidad ante cualquier lluvia fuerte o situaciones como las detonaciones que se estuvieron realizando para la extracción de material pétreo.

Sin embargo, a pesar de la peligrosidad que implica la situación, hasta la tarde del domingo los elementos de la Coordinación Estatal de Protección Civil no habían acudido para llevar a cabo el retiro del escombro, según la información brindada por los afectados, quienes afirmaron que las rocas y la tierra que cayeron aún se encontraban esparcidas sobre el asfalto.

Cabe mencionar que se registra la probabilidad de lluvias para los próximos días, como ha sido este lunes, lo cual podría empeorar la situación si no es atendida a la brevedad. Además del riesgo que significa para la circulación de vehículos grandes o pesados, como es el caso de los camiones cañeros o vehículos de carga, pues debido a su tamaño y peso no es tan fácil para los choferes maniobrar para esquivar los escombros, como pudieran hacerlo los conductores de automóviles.