Quintana Roo / Riviera Maya

Más de 80 mujeres de X-pichil , Tulum, aprendieron nuevas técnicas sobre el bordado artesanal

Más de 80 personas, entre mujeres, niñas y adolescentes, se congregaron en la comunidad de San Juan de Dios para participar en el taller de Bordado Ancestral. La iniciativa fue gestionada a través de la Dirección de Promoción y Transversalización, y contó con la dirección experta de la maestra Amanda Tah Arana, acompañada de un equipo de siete instructoras originarias de la comunidad de X-pichil.

El taller no solo ofreció una oportunidad para aprender nuevas técnicas, sino que también permitió a las participantes profundizar en sus conocimientos previos y fortalecer habilidades adquiridas. Durante el desarrollo del curso, que se extendió por varias sesiones de cinco horas cada una, algunas de las asistentes presentaron orgullosamente piezas terminadas, demostrando el dominio de las técnicas de bordado que habían aprendido.

Más de 80 mujeres aprenden sobre el bordado artesanal en Tulum / Angela Miranda

Las organizadoras del taller se aseguraron de proporcionar todos los materiales necesarios para la realización de los bordados, así como un refrigerio para las participantes, lo que permitió que se mantuvieran enfocadas y aprovecharan al máximo cada sesión sin interrupciones. Este taller se enmarca de ofrecer a las mujeres de las comunidades herramientas y conocimientos que les permitan desarrollar nuevos oficios.

El objetivo es fomentar la autonomía económica de estas mujeres, capacitándolas para generar ingresos de manera independiente y mejorar su calidad de vida. Además, se busca que contribuyan al fortalecimiento de la identidad cultural tradiciones ancestrales, como el bordado, que ha sido una parte integral de la historia y el patrimonio en la región.

Más de 80 mujeres de X-pichil , Tulum, aprendieron nuevas técnicas sobre el bordado artesanal / Angela Miranda

Finalmente, es importante destacar que este tipo de talleres no solo promueven la formación en habilidades prácticas, sino que también son una herramienta valiosa para la inclusión social y el empoderamiento de las mujeres en las comunidades rurales. A través de estas actividades, se crean espacios seguros donde las mujeres pueden expresarse, aprender y crecer tanto personal como profesionalmente, contribuyendo así al desarrollo integral de la comunidad en su conjunto.