Niños en orfandad, madres a quienes les arrebataron a sus hijos, menores que perdieron la inocencia y la vida, padres de familia que no regresaron a sus hogares son parte de las 52 personas que a lo largo del mes de junio cobró la delincuencia organizada en Quintana Roo; las 15 medidas de seguridad implementadas por las autoridades, por segundo mes, fueron burladas; lo cual quedó expuesto en los últimos 30 días; los escenarios siguen siendo los ya detectados como focos rojos y las transitadas avenidas.
Para perpetrar estas ejecuciones no fue necesaria la penumbra de la madrugada ni alejados de la tecnología de punta para inhibirlos, algunos ocurrieron en horas pico y bajo las cámaras de vigilancia del C5; Cancún encabezó la lista por sexto mes con 24 casos y se presagian más homicidios tras la ejecución de un capo por el llamado “ajuste de bandas”.
Las autoridades señalan como principales líneas de investigación ajustes de cuentas; 24 personas sobrevivieron a los ataques armados al resultar sólo heridas, otros crímenes de odio, feminicidio, casos extremos de violencia familiar y pornografía, donde las víctimas fueron niños, se sumaron a la indiferencia de las autoridades estatales.
La presencia de los grupos criminales no sólo nacionales, sino internacionales, fue notoria en seis municipios tanto como la apatía del Gobierno y autoridades en general para salvaguardar la integridad de los quintanarroenses; la capital del Estado no se salvó de estos hechos de alto impacto donde se evidenció la facilidad con la cual células delictivas pueden recorrer caminos y desaparecer personas sin ser detectados, prueba de ello fueron las ocho personas privadas de la libertad cuyos cuerpos fueron localizados en la Entidad vecina en una fosa clandestina.
Cancún nuevamente se perfiló como foco rojo, ya que se cometieron 24 de las 52 ejecuciones, le siguió Solidaridad con 13 casos, Chetumal 10, la Zona Continental de Isla Mujeres 3, Cozumel y Bacalar con uno respectivamente, entre las víctimas hubo cinco mujeres y un menor de 16 años de edad, el resto fueron hombres no mayores a los 50 años, entre ellos un presunto líder criminal, señalado como principal enemigo de Quintana Roo y por quien se auguran más hechos violentos.
En comunicados, las autoridades estatales han mencionado que los índices delictivos se han reducido en la Entidad; pero el propósito de causar daño, la muerte y la saña con la que se cometen no ha disminuido; niños han caminado esquivando charcos de sangre cuando se dirigen a sus escuelas, ya que cuerpos previamente torturados y abandonados en parques han obstruido su camino.
En Playa del Carmen, la ejecución de una pareja canadiense expuso de nueva cuenta cómo cárteles extranjeros operan con gran facilidad en Quintana Roo; trascendió que una de las víctimas contaba con una ficha roja de la Interpol, cuyo crimen fue planeado desde su país natal donde se le relacionaba con un millonario fraude.
En Xcalak, localidad ubicada en el municipio de Othón P. Blanco, se registró el “levantón” de ocho hombres; seis de los cuerpos plenamente identificados fueron localizados en un cementerio clandestino a más de 300 kilómetros de donde se llevó a cabo la privación ilegal de la libertad; las víctimas con vida fueron sacadas de Quintana Roo, sin que ninguna autoridad lograra captar este hecho que culminó en un multihomicidio.
Sumado a estos hechos, otros casos consternaron a la ciudadanía, donde las principales víctimas no eran mayores a los 10 años; en Cancún dos hombres de la comunidad LGBTIAQ+ fueron asesinados, los casos ocurrieron en distintos domicilios del municipio de Benito Juárez, cuyas autoridades ministeriales investigan los hechos como crímenes pasionales.
En Chetumal dos menores fueron rescatados de una vivienda, donde se encontró material de pornografía infantil.
Una pequeña de tres años se sumó a la lista de feminicidios; su padre un joven de 19 años y su madre de 17 quisieron hacer creer que la pequeña había perdido la vida calcinada tras desatarse un incendio en la habitación en la que dormía, en una vivienda del municipio solidarense; en realidad el hombre trataba de esconder los signos de abuso sexual y huellas de violencia que ejercía contra la menor, a quien finalmente privó de la vida estrangulándola, por lo cual fue detenido y enfrenta cargos.
En otro hecho, un menor de nueve años, quien bajo su uniforme escolar escondía las huellas de tortura a la cual su madre y padrastro sometían, sacó valor para denunciar ante sus maestros parte del abuso, al ser trasladado a un hospital, donde fue valorado, no sólo se dieron a conocer las quemaduras con objetos calientes, golpes y puñaladas que le provocaban, sino también detectaron que fue víctima de agresiones sexuales.
En Cancún, una bebé de aproximadamente un mes de nacida fue abandonada bajo la lluvia, al interior de una pañalera, los vecinos la entregaron a las autoridades, quienes desconocen el paradero de los padres, así como los motivos por los cuales la dejaron a su suerte.
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JG