La mujer ejecutada en la Región 99 fue identificada como Maricela J. J. de 38 años de edad, y originaria del estado de Tabasco. Se desempeñaba como custodio del penal de Cancún y al momento del ataque estaba por iniciar su jornada laboral.
De acuerdo con los primeros avances en las investigaciones, el asesinato está relacionado con la pugna que mantienen células de la delincuencia organizada que se disputan el control del penal, en dónde existe la venta de droga, prostitución y extorsión.
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Fiscalía de Quintana Roo investiga la ejecución de una custodia del Cereso de Cancún
Las fuentes, que pidieron el anonimato por obvias razones, reconocieron que en el interior del penal persiste un autogobierno y células del crimen organizado operan la venta de droga y principalmente la extorsión.
Dijeron que ésta consiste en cobrar por los espacios a los reos de nuevo ingresos, quienes son despojados de ropa, zapatos, artículos de aseo personal y otras pertenencias, además que les exigen que llamen a sus familiares.
Con el contacto de los familiares, los reos comienzan a llamar para exigir cuotas que van desde los tres mil hasta los diez mil pesos mensuales, los cuales son recaudados en el exterior por criminales e ingresados al penal para el pago de custodios y altos mandos del centro penitenciario.
Ante tal situación, existe otra célula que pretende recuperar el territorio perdido, principalmente en la venta de droga dentro de la cárcel, por lo que han estado amenazando mediante mensajes a celadores y delincuentes para presionar a las autoridades con el traslado de los cabecillas que mantienen el control del recinto.
Por otra parte, el personal de custodia reveló que en caso de no obtener justicia por sus compañeros asesinados, realizarán un paro de labores para que las autoridades actúen de manera inmediata.
Además expusieron que son amenazados tanto como para servir a grupos criminales como para no hacerlo.
Por esa razón piden que se garantice su seguridad y se detecte a los policías que están inmiscuidos con los criminales y brindan información acerca de ellos.
Finalmente denunciaron que no que reciben ningún tipo de seguridad al concluir o iniciar sus labores, por lo que sienten vulnerables al salir a la calle.
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