A finales de la década de los 90, Salvador, conocido como “El Pirata del Caribe”, planeó y ejecutó uno de los robos más audaces de la historia de México, un atraco al ferry México 1 en Quintana Roo que lo convirtió en una figura legendaria.
Sin embargo, su vida como fugitivo llegó a su fin tras una serie de eventos que finalmente lo llevaron a la detención. Aquí te contamos cómo sucedió.
En una entrevista reciente realizada por Saskia Niño de Rivera en su podcast "Penitencia", Salvador, conocido como "El Pirata del Caribe", detalla sobre este sonado robo marítimo ejecutado el 31 de mayo de 1999, considerado uno de los más importantes en la historia de la Península.
La detención inesperada
El robo del ferry México 1, llevado a cabo el 31 de mayo de 1999, puso en jaque a las autoridades mexicanas. Tras el atraco, Salvador y su equipo huyeron de la escena, dispersándose por diferentes ciudades del país.
La primera regla que Salvador impuso a sus cómplices fue clara: abandonar Cancún. Mientras la mayoría siguió esta instrucción, uno de los participantes decidió quedarse, lo que eventualmente condujo a la caída del grupo.
Salvador, junto con la mayoría de los miembros de su banda, escapó a la Ciudad de México. Sin embargo, uno de sus cómplices regresó a Cancún para recibir a su madre en el aeropuerto.
A pesar de haber salido de la ciudad inicialmente, decidió volver, lo que resultaría en un error fatal. Este individuo, conocido como Juan Carlos, comenzó a presumir sobre su participación en el atraco mientras salía con una mujer que conoció en un local nocturno.
El desliz que cambió todo
La mujer a quien Juan Carlos confió su identidad resultó ser la pareja de un policía judicial del estado. Informado sobre el delincuente, el oficial decidió tomar cartas en el asunto. Juan Carlos fue localizado el 5 de junio de 1999, mientras salía de un hotel en Cancún en compañía de su madre.
Las autoridades lo detuvieron cuando se disponía a abordar su automóvil. Durante el registro en su habitación de hotel, encontraron pruebas que lo vinculaban directamente con el robo: indumentaria, radios de comunicación y dinero en efectivo.
Juan Carlos fue trasladado a los separos de la policía judicial, donde permaneció varios días antes de ser puesto a disposición de la autoridad federal. En un esfuerzo por obtener más información, las autoridades lo sometieron a un interrogatorio intensivo, privándolo de sueño y utilizando métodos de presión psicológica.
Temiendo que su madre fuera involucrada en el caso, Juan Carlos terminó cediendo y reveló la identidad de Salvador y otros participantes en el robo.
La captura de Salvador: Fin de una huída
Mientras tanto, Salvador continuaba su vida como prófugo. Sabía que el tiempo jugaba en su contra, y aunque había tenido oportunidades de huir al extranjero, decidió no hacerlo para proteger a su familia. Durante más de un año, se desplazó por diversas ciudades de México, evadiendo a las autoridades. Sin embargo, su suerte terminó el 13 de agosto de 2000, cuando fue arrestado en Campeche.
Salvador narró en la entrevista que su captura no fue el resultado de un error en sus movimientos, sino de una vendetta personal por parte de un alto mando de la policía de Campeche, con quien había tenido diferencias en el pasado. El hombre que menciona, entonces director de seguridad pública, habría ordenado a sus subordinados detenerlo o incluso dispararle si era necesario.
En su relato, Salvador cuenta cómo, tras un enfrentamiento físico con policías en las calles de Campeche, fue ingresado al Instituto del Seguro Social por las heridas que sufrió. Al recibir el reporte de su ingreso, las autoridades federales tomaron control de su detención. Finalmente, Salvador fue trasladado al penal de San Francisco el 17 de agosto de 2000, poniendo fin a más de un año de vida como prófugo.
Salvador, también conocido como "El Pirata del Caribe", no evade su responsabilidad en el robo y reconoce que su formación mientras fue hijo de familia no influyó en las decisiones que le llevaron a delinquir, pues aclara que tuvo unos padres que le dieron educación, cariño y amor.
IO