Una menor de 12 años fue encontrada sin vida en su hogar en Tulum, Quintana Roo, la noche del lunes 3 de febrero, alrededor de las 23:30 horas. Se presume que la niña se quitó la vida. El trágico incidente tuvo lugar en una vivienda ubicada en la calle Géminis, entre Tunkul y Kiss, en la colonia Mayapax.
Los paramédicos llegaron al lugar tras recibir un llamado al número de emergencia. A pesar de sus esfuerzos por brindarle primeros auxilios, confirmaron que la menor ya no presentaba signos vitales. De acuerdo con los informes preliminares, la niña se encontraba sola en su habitación mientras sus tíos dormían en otra parte de la casa. Fue un familiar quien, al salir al baño, notó algo extraño en la recámara y descubrió la alarmante situación.
La policía municipal de Tulum acordonó el lugar, para preservar los indicios y notificar a la Vicefiscalía de Tulum, que asumió las investigaciones del caso.
Los agentes de investigación y los servicios periciales llegaron para levantar pruebas y procesar la escena. Hasta el momento, las causas que llevaron a la menor a tomar esta decisión son desconocidas; se sabe que vivía con sus tíos. El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense para realizar la necropsia correspondiente, y se espera que sea reclamado por sus familiares.
Este incidente resalta la creciente preocupación por el bienestar emocional de los jóvenes en un contexto social cada vez más complejo. En ocasiones, los adultos no somos conscientes de que niñas, niños y adolescentes pueden desarrollar pensamientos suicidas. Es fundamental que padres y cuidadores identifiquen factores de riesgo asociados y busquen ayuda profesional cuando sea necesario.
Es fundamental estar atentos a las señales de alerta que pueden indicar que un niño o adolescente está atravesando un momento difícil. Algunos de los factores de riesgo más comunes incluyen: Problemas emocionales, aislamiento social, problemas cognitivos (dificultad de atención y concentración), Antecedentes e violencia o acoso escolar y proceso de duelos (perdida de ser querido o mascota).
Es fundamental ayudar a prevenir situaciones críticas, siendo esencial fomentar factores que fortalezcan la salud emocional de los jóvenes a través del diálogo, la compañía, el interés en sus actividades, validar sus sentimientos y, sobre todo, buscar ayuda profesional.
Prestar atención a estas señales y actuar con empatía es primordial para crear un entorno seguro donde los jóvenes puedan expresar sus preocupaciones sin temor. Fomentar un espacio de confianza y comprensión puede marcar una gran diferencia en su bienestar emocional y prevenir situaciones trágicas.