Al ser un estado joven, los mismos habitantes suelen tener la errada idea de que Quintana Roo no cuenta con costumbres y tradiciones propias y que más bien, es un reflejo de la amplia cultura de los vecinos yucatecos, sin embargo, esto no puede estar más alejado de la realidad.
Puede que sean muy parecidos entre sí, pero eso no quiere decir que sean una copia fiel, pues Quintana Roo tiene sus costumbres no tan escondidas, que buscan ser cada vez más representativas del estado y sus habitantes.
Tal es el caso de El baile de los Chicleros, que resulta ser el más emblemático del repertorio folclórico de Quintana Roo.
Esta tradicional danza, expone la manera característica de diversión que tenían los chicleros. Unas personas un tanto rudas además de ser un poco huraños, pues su trabajo consistía en sumergirse en la selva, dentro de los denominados campamentos o hatos durante el complicado proceso de corte, recolección y empaquetado de la resina del árbol de chicozapote (makira zapota).
Los chicleros demostraban su forma de deshacerse del aburrimiento, a través de un baile en el que una sola mujer, era su pareja, sin embargo, siempre había algún otro chiclero que buscaba aprovecharse u ofender de alguna manera, por lo que ambos hombres se entablaban en un intenso duelo a machetazos, que en la mayoría de ocasiones, se lograba apaciguar.
Este baile esta inmediatamente inspirado en el Bruckdown y ritmos beliceños, que traídos y transformados en nuestras tierras, obtienen ciertas características muy peculiares de la región.
Vestimenta
La mujer que interpreta este baile, utiliza una falda floreada de cocina que lleva amarrada en la cintura, zapatos clásicos de danza folclórica y como accesorios lleva collares y tocado de sombrero adornado con flores.
Por su parte, el hombre que en este caso representa al chiclero, lleva pantalón y camisa de mezclilla, un paliacate rojo, sombrero, bolsa de henequén, botines negros y por supuesto, no puede faltar el machete.
Con información de Representacióndf
MA