Yucatán

Rafael Mis Cobá

El T’alkú de la Tía Juana

Ni la fuerte lluvia impidió que la tía Juana se quedara hasta el final del masivo evento para saludar de abrazo y beso al presidente electo de México, sin importar los apachurrones de “chuchú” que sufrió por la cantidad de gente que quería estar cerca de él.

La Plaza Grande de la ciudad lucía atiborrada por gente de todas las edades, colores y círculos sociales, de tal manera que se podía observar a maestros, campesinos, obreros, estudiantes, así como a militantes azules, verdes, amarillos y naranjas.

Es más, la exuberante mujer mestiza convivió también con los representantes de los organismos defensores de la diversidad sexual, quienes de igual forma asistieron para escuchar las acciones y programas que implementará AMLO para fortalecer el desarrollo de Yucatán y del país en general.

Seguramente hasta al diputado brasileño Isidorio Santana, quien se presentó en las elecciones de su país como pastor, policía y ex homosexual, le hubiera gustado asistir a este multitudinario evento plural, pero no pudo porque precisamente el pasado domingo participó en los comicios y resultó ser el más votado con 323 mil 241 sufragios para mantenerse en el cargo por 4 años más.

En fin, el mitin de AMLO resultó ser una fiesta al aire libre en un ambiente de amor y paz, con el claro mensaje de serenar a todo el pueblo y evitar confrontaciones, al grado de que hasta Mau y Renán se sumaron a ese movimiento lanzando loas y resaltando los méritos del político tabasqueño.

Como era de esperarse, de entre la multitud apareció un sujeto cabeza de “lec”, que de inmediato se dirigió hasta donde se encontraba su curvilínea pariente para disipar algunas dudas que tenía.

—¡Tía Juanita!, ¿qué haces en este evento, si no es un mitin del PAN?

—“Mejenkisín”, es un acto libre y vine a saludar al futuro presidente.

—“Maare”, tía, ahora resulta que todos son seguidores de AMLO y hasta le copian sus proyectos.

—¿Lo dices porque Mau le regaló una jersey y gorra de los Leones de Yucatán?

—No, tía, porque el gobernador panista anunció también su plan de austeridad republicana.

—¿Se bajará también el sueldo?

—“Uay”, tía, ese tema no lo tocó.

—Sobrino, no vaya a ser que el góber se sume a los diputados del Congreso local, ya ves que quieren aumentar sus sueldos, que porque sólo ganan 80 mil pesos al mes con todo y sus prestaciones.

—Tía, eso no es nada. Los que se pasan de lanza son los Ministros de la Suprema Corte; no se sumaron a la austeridad que pide AMLO y por lo tanto no reducirán sus ostentosos sueldos que rebasan los 300 mil pesos al mes.

—Sobrino, pero no sólo eso, ya viste que incrustaron en la Corte hasta a sus parientes y también con elevados salarios.

—Es cierto, tía, estos Ministros le dieron chamba hasta a sus suegras.

—Sólo falta que le dieran trabajo hasta a sus entenados.

—Cuánta burla y desvergüenza, tía.

—Pero sobrino, peor la actitud cínica del secretario federal de Economía.

—Tienes razón, tía, ese tal Ildefonso Guajardo respondió a quienes criticaron los gasolinazos, “que los pobres no comen gasolina, comen tortilla, leche y huevo”.

—Seguramente lo dijo porque su familia nunca ha pasado hambre.

—Tía, ¿no será que se confundió el guaje?

—No creo sobrino, es que además de cínicos, les gusta ser payasos.

—Tía, quien sí se confundió fue la diputada campechana María Guadalupe Torres Arango.

—¿Qué dijo la legisladora del PRI, sobrino?

—En plena sesión dijo en tribuna: “Como partido siempre apoyaremos y estaremos a favor de todo aquel que cometa un delito o desvío”.

—“Uay”, tremendo oso, sobrino.

—¿Yo creo que le traicionó su subconsciente, tía.

—Sobrino, al que no lo traicionó su subconsciente y se declaró abiertamente AMLOísta, fue Renán.

—A ver, explícame, tía.

—Sí “mejenkisín”, el flamante alcalde emanado del PAN dijo en una entrevista, que Andrés Manuel “será uno de los presidentes que en muchos años no habíamos tenido…”

Comprobado con ejemplos claros que ahora todos son AMLO y que el llamado a partir de ahora es practicar el amor y paz, el sobrinín cogió delicadamente de su cintura a su tía Juanita y juntos caminaron hasta la heladería más cercana para disfrutar un sorbete de chocolate y coco.