Roldán Peniche BarreraYucatán Insólito
De acuerdo con nuestros datos fue en agosto de 1849 cuando se conoció el hielo en Yucatán. Llegó por Sisal y en ese puerto se vendía como “nieve” en forma de sorbetes que, claro, eran arrebatados por la multitud. Pero para fabricar un sorbete se requiere del hielo que tanto asombro provocó en los habitantes de Macondo cuando fue visto por la primera vez, posiblemente por las mismas fechas que en Yucatán.
De Sisal pasó a Mérida aquella maravilla que ayudaría a paliar un poco o un mucho el infernal calor de la península. El acaudalado comerciante don Darío Galera, propietario de la vasta residencia que ya en el siglo XX constituiría la esquina de El Gallito, ni tardo ni perezoso, dispuso del piso bajo de su casa para instalar ahí mesas y sillas para los meridanos que desearan conocer el hielo y deleitarse con los sorbetes en compañía de sus familias. Muchos pedían vasos con agua helada sólo para degustar el hielo, pero la mayoría, para dar gusto a su prole, pedía sorbetes “de las frutas que da la estación”. El Sr. Galera presumía de cobrar lo justo.
Aquí hay que consignar que dicho señorón hizo publicar en el Boletín Oficial del Gobierno de Yucatán el 25 de agosto del supracitado año de 1849 un anuncio cuyo encabezado proclamaba:
AVISO: ¡¡¡HIELO, HIELO!!!
Entonces tenemos que Sisal ya había recibido hielo una semana antes por lo que puede presumir de ser el exacto sitio de su introducción, quedando Mérida en segundo lugar. Con los meses (con los años) llegó el hielo a ser conocido en todos los pueblos de la península, por lo menos en los principales.
Por esos mismos días, leíanse anuncios de cerveza para llevar en otros sitios de la ciudad. En los primeros años del siglo XIX, había que tomarla “al tiempo”, ante la falta de hielo, mas después, utilizando aquellas obsoletas neveras de madera que llenaban con trozos de hielo (alguna media marqueta), comenzaron los taberneros a enfriar las botellas de cerveza para delicia de los bebedores. Tales neveras todavía se empleaban en la primera mitad del siglo pasado. (Continuará mañana)
CALAVERAS YUCATECAS
Primera Entrega
Octasílabos los versos;
como se debe, en cuartetos,
y por ser los días de muertos,
mis calaveras ofrezco.
Con frases no muy jilgueras
pa’ festejar el entierro,
de este corrupto gobierno,
aquí van sus calaveras.
Todo lo que fue podrido,
del gobierno corrompido,
al unísono obremos
y con votos lo enterremos.
Por copiarle a don Fecal,
le llegó su funeral;
y aunque usted no se lo crea,
se murió de una diarrea.
Por deuda muy razonable,
de un tamaño incalculable,
pa’ este muerto imperdonable,
rezos habrá maternales.
Por ser sexenio perdido,
un gobierno corrompido,
Tánatos lo ha distinguido:
Como el Peor Engreído.
En morgues itinerantes,
los moradores, ya muertos,
dan gracias por el paseo
a narcos y a Peña Nieto.
Se acabó su calendario,
ya no busquemos entuertos,
todos quedaron bien muertos,
hagámosle un novenario.
Muy pronto será enterrado,
por la herencia que ha dejado,
un pueblo convulsionado
y un país muy emPEÑAdo.
Lo malo es lo que se va,
los muertos, los que se quedan,
y por su acción de AlKaeda,
que te quemen Peña ¡Nah!
Vuela, vuela tú Gaviota,
a Casa Blanca, tu nido,
será ataúd comPartido,
en este Panteón Florido.
en la tierra de Zamná,
por ser cadáver podrido,
se la cambió el apellido;
hasta nunca Peña ¡Nah!
Alberto Loría Trejo
Octubre del 2018