Aunque tienen un precio elevado, la cremación y la disposición de las cenizas de los difuntos, ya sea en criptas ubicadas en iglesias, en los cementerios e incluso en el hogar, son prácticas que poco a poco se extienden en la Entidad, especialmente en la ciudad de Mérida.
El vocero de la Arquidiócesis de Yucatán, Jorge Martínez Ruz, de la Pastoral de Comunicación, informó que se desconoce el número de iglesias con este “servicio”, así como los espacios que ofrecen.
Por lo que averiguó el reportero, ha sido tal el aumento de la demanda de incineraciones, que Arturo Antuña Silveira, subdirector de Servicios Generales de la Dirección de Servicios Públicos Municipales del Ayuntamiento de Mérida, dice que al menos ofrecen tres servicios diarios, es decir, casi cien al mes.
“Es el aumento de la población lo que hace que incrementen los servicios y espacios, pero va creciendo más la cultura de la cremación que la de inhumación. Y la disposición de las cenizas puede ser en tu casa o en una cripta”, dijo el funcionario.
Un kilo de cenizas
Explicó que incinerar un cadáver “tarda más o menos de tres a cuatro horas” y se le entrega al doliente una urna que contiene “más o menos un kilo de cenizas”, que es a lo que se reduce un cuerpo.
El precio de la incineración en el municipio cuesta 2,988 pesos de un adulto; mil 600 pesos de un niño y, si son restos áridos, es de mil 280 pesos.
¿Pero cuánto cuesta disponer de una bóveda tanto en una iglesia como en el cementerio? En el cementerio cuesta 7,254 pesos a perpetuidad y la renta tres años, dos mil 575 pesos. Pero en una iglesia católica en la actualidad el promedio es de ocho mil pesos a perpetuidad, más una cantidad anual por mantenimiento que puede ser de unos cien pesos generalmente.
El cronista consultó en la Parroquia de María Inmaculada, en el Fraccionamiento Campestre, y ahí le informaron que sólo quedan criptas en un local que tienen enfrente de la iglesia y el costo es de 10 mil pesos a perpetuidad, más el mantenimiento anual de cien pesos. Cada bóveda alcanza para colocar “de siete a ocho cajitas” con las cenizas de los difuntos.
El vocero de la Arquidiócesis dijo que “la Iglesia ha visto bien que sea válida la cremación, pero que las cenizas se dispongan en el cementerio o la cripta, pues eso permite que los puedan visitar, ofrecerles misas en las iglesias o en los cementerios”.
Martínez Ruz dijo que “esta práctica es en las ciudades, en el interior del Estado se acostumbra llevar el catafalco al cementerio; en la ciudad sí se incinera. Cerca del 60% de las iglesias cuenta con este servicio, aunque el cementerio lo tiene y las funerarias también, son en renta para uso, y hay que considerar que las iglesias que tienen eso son las más modernas”.
Cripta para varias urnas
“Las iglesias más antiguas no tienen eso planeado en su infraestructura, las más recientes sí, con la necesidad que es bastante y una cripta puede contener varias urnas, hasta ocho que son las familiares”.
El sacerdote recomendó que las cenizas se dispongan en sitios accesibles para que se pueda orar por ellos y ofrecerles la santa misa.
Estimó que las cremaciones “no sólo han aumentado a partir de que la Iglesia lo aprobó, sino del crecimiento de la población. Nosotros lo hemos visto como algo sano, higiénico, la práctica va en aumento, es más útil, más práctico. El lugar es mucho más digno, más higiénico, más fácil de limpiar, que se pueda hacer oración”, dijo el sacerdote.
A su vez, Antuña Silveira dijo que a raíz de la alta demanda por la cremación, se le dio mantenimiento al horno que hay en el Cementerio Xoclán. “Al final de la administración anterior y principios de ésta se hizo el trabajo, porque son por lo menos 3 al día, unos 90 a 100 servicios al mes”, precisó.
Respecto de las criptas particulares, dijo que es la Dirección de Desarrollo Urbano la entidad que regula esa situación y mencionó que toda asociación religiosa puede tenerlas, de modo que no es exclusivo de los católicos.
“Ya hay criptas y crematorios privados, pero yo respondo por los panteones públicos, Desarrollo Urbano es la que otorga los permisos y las gestiones se hacen ante ellos”, señaló.
Consideró que “esa cultura de cremar está creciendo por lo de la disposición, te sale más barato cremar y llevar a una iglesia, que mantener en bóveda, ya que luego de la cuarta generación empiezan a ser más descuidados en el mantenimiento, a menos que continúen con el entierro”.
“Ruptura del linaje”
El funcionario comentó que nadie ha tomado en cuenta la ruptura del linaje de una familia, la cual ocurre por equis o por ye. “Por ejemplo, en una bóveda estuvieron mi tatarabuelo, mi bisabuelo y mi abuelo, pero mi papá se fue a vivir a otro lado y decidió que cuando muera lo entierren en otra parte o lo cremen”; eso rompe con la tradición y es que se van olvidando a los muertos.
Además, mencionó que el Xocla?n es el u?nico cementerio donde actualmente contamos con una superficie libre para construir bo?vedas. Recientemente se inauguro? el Edificio de Cruz que alberga 2,400 criptas; se trata de la primera etapa de la obra total que sera? de 5,100 criptas divididas en 4 edificios.
El nu?mero actual es de 68,938 bo?vedas; el Xocla?n es donde se ubica el mayor nu?mero de e?stas (49.07 %).
Pero morirse también puede ser un lujo. En Mérida ya opera la primera “funeraria boutique” que se llama Ethernus y se ubica por Santa Gertrudis Copó, donde un servicio de previsión cuesta 23 mil 500 pesos. Y si lo contrata no sólo le maquillan al muerto, sino que le ofrecen sitio de velación, los trámites y hasta la urna. Usted sólo va al duelo y no se preocupa de nada más.
(Rafael Gómez Chi)
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