Conocida por muchos como "La Yaya" , aunque su nombre y procedencia resultaban un misterio para quienes la veían todos los días en las calle de Mérida y, más comúnmente, en los alrededores del Congreso. Hay testimonios de personas que la ubican andando por las calles desde hace 30 años, pidiendo caridad a los transeúntes. "Viviendo" a duras penas de la comida que le regalaban los dueños de los negocios cercanos. Sordomuda, con pocos podía comunicarse y vivía aislada en su propio mundo de cajas de cartón que trasladaba consigo cada que se cambiaba de esquina para descansar.
Un día, la Yaya desapareció de las calles y quienes le tenían el cariño de la costumbre llegaron a creer que pudo haber fallecido de lo que fallecen quienes no tienen nada ni nadie: de hambre, de frío, de una enfermedad jamás diagnosticada.
Pero lo cierto es que, la Yaya apareció de nuevo.
Bajo los cuidados de las hermanas Misioneras de Cristo Resucitado en una casa de cuidados de enfermos de la colonia Guadalupana fue captada por la lente del POR ESTO! este miércoles. A sus tantos años y con los ojos resignados, la Yaya por fin encontró alguien que cuide de ella.