Yucatán también fue vanguardista en feminismo

Yucatán ha sido vanguardista en todo, incluso en el feminismo que vive actualmente un momento de auge.

Entre los temas de vanguardia se encuentran las relaciones sentimentales entre mujeres, que ellas consideran distintas a las establecidas entre hombres, por la forma de explorar los sentimientos y no la conducta de los cuerpos.

Hay relaciones entre mujeres sorprendentes y plausibles, en especial por el tiempo en que se vivieron y lo hicieron de manera tal que la sociedad estaba enterada, sin alarmarse ni censurarlas.

Esos temas y sus repercusiones nos dejan ver una sociedad madura.

Una gran feminista en el alto sentido de la palabra fue la mentora Rita Rosaura Cetina Gutiérrez, nacida el 22 de mayo de 1846. (Un año antes del inicio de la Guerra de Casta).

En 1870, en Mérida se vivió un entusiasta movimiento en pro de la instrucción y la educación de la mujer. En ese contexto surge la Siempreviva, sociedad científica y literaria. La sociedad estableció una escuela de instrucción primaria inferior y superior en la que se aceptaba a alumnas pobres de cualquier parte de la ciudad. Dicha sociedad acordó publicar un periódico literario y docente, en el que se publicaron importantes artículos encaminados a ilustrar de varios modos a la mujer de Yucatán.

La sociedad, la escuela y el periódico tenían el mismo nombre de La Siempreviva y Rita Cetina presidía la sociedad, dirigía el periódico y también la escuela. En esa triple empresa trabajaban Rita Cetina, Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán, esposa del comediógrafo regional José García Montero.

Gertrudis Tenorio y Rita Cetina fueron dos dedicadas educadoras que se ocuparon de la instrucción de las mujeres. Sus coincidencias intelectuales, laborables y a la causa de la enseñanza, se fueron transformando en una coincidencia sentimental.

Al morir Rita Rosaura el 11 de octubre de 1908, Rodolfo Menéndez de la Peña nos dibuja todas las pistas sentimentales que unían a ambas mujeres. Dice:

“….Entre los deudos estaba la señorita Gertrudis Tenorio Zavala, la compañera de toda la vida, la amiga predilecta, la hermana adorada de Rita, la que estuvo a su lado durante tantos años y compartió con ella trabajos y glorias, penas y alegrías, horas de amarguras y juvenil prosperidad”.

(Víctor Salas)